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El molino a orillas del susurrante arroyo

15 de mayo de 2012

Los molinos hidráulicos tienen una larga tradición. El ser humano ha utilizado esta técnica desde tiempos inmemoriales. Hoy en día, molinos como el de Gollmitz ubicado al norte de Berlín, generan energía verde.

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El molino de Gollmitz, ubicado al Noreste de Berlín, estuvo mucho tiempo fuera de funcionamiento. Hoy, genera energía verde.Imagen: DW / Hanno Böck

"Junto al murmullo del arroyo, el molino traquetea, tloc, tloc / De día y de noche vela el molinero, tloc, tloc" rezan los versos de una antigua canción infantil alemana. Al hacer senderismo por Uckermark, un paisaje virgen ubicado a hora y media en coche desde Berlín, de pronto vienen a la memoria versos de canciones del romanticismo alemán. A la orilla de un lago se encuentra una casa grande color terracota con entramado. A su costado gira una rueda hidráulica de seis metros: el molino de Gollmitz.

El murmullo de molinos como este inspiró muchos versos en los románticos del siglo XIX, sobre todo porque porque los molinos, que funcionan con la energía del agua, suministraban la harina para "nuestro pan de cada día". La llegada de la industrialización en la producción de harina hizo que los molinos cesaran su trabajo, y también el molino de Gollmiz calló su murmullo. Hasta el día en el que Kai Rogozinski lo vio pasando en su canoa.

"Mi idea era aprovechar la energía del agua", Kai Rogozinski en su claro dialecto berlinés. En realidad, los molinos son para el piraguista un impedimento, pero él quedó fascinado con la tecnología tradicional. Hace diez años compró el molino de Gollmitz en Uckermark, le montó una nueva rueda y finalmente lo puso en funcionamiento. Al arroyo "común y corriente" el calefactor de profesión Kai Rogozinski le dio un nuevo significado: él decidió habilitar al molino para que generara electricidad.

"Una rueda tipo Zuppinger con un diámetro de seis metros", Kai Rogozinski explica en voz alta para que el chapoteo del rodezno no ahogue su voz. El ingeniero suizo y diseñador de la turbina Walter Zuppinger patentó este modelo en 1849. La turbina cuenta con álabes en forma de "cucharas" que hasta la fecha la hacen mucho más eficiente que los diseños convencionales. Siguiendo la tradición, el rodezno y los álabes del molino de Gollmitz están hechos de madera oscura. La corriente de agua proveniente del azud cae en un angulo desde arriba, de modo que el rodezno gira prácticamente hacia atrás. Es una "rueda de alimentación inferior" en términos técnicos.

Mühlrad der Gollmitzer Mühle
La rueda del molino "Zuppinger” tiene un diámetro de seis metros.Imagen: DW / Hanno Böck

Electricidad para el auto-abastecimiento y red eléctrica

Por medio de su eje, el antiguo rodezno transmite la energía del agua a las nuevas tecnologías. Escondido detrás de la turbina, se encuentra el ruidoso generador que produce electricidad. La cantidad de electricidad que suministra la turbina de Kai Rogozinski puede ser verificada en un panel indicador: el año pasado fueron 90.000 kilovatios hora –el equivalente al consumo promedio de aproximadamente 25 hogares. Alrededor de 15.000 kilovatios hora fueron consumidos por los apartamentos vacacionales que Kai Rogozinski habilitó en la casa del molinero.

El gran excedente de esta producción suministra energía a la red eléctrica. En base a la ley de energías renovables, el Estado alemán garantiza a Kai Rogozinski que las empresas comercializadoras le compren su electricidad. En comparación con otros tipos de energías renovables, el precio es relativamente bajo, nueve céntimos por cada kilovatio hora producido, siendo que el consumidor privado paga en Alemania aproximadamente 25 céntimos por kwH. La producción de energía solar genera más del doble de ingresos. Considerando la remuneración baja, vale la pena consumir lo más que se pueda de la electricidad generada.

"Una turbina moderna permitiría producir aproximadamente 12% más de electricidad", afirma Kai Rogozinski, pero eso no va con mantener viva las tradiciones. El Land subvenciona la restauración de molinos antiguos, por ello Kai Rogozinski explica "la restauración salió a cuenta solamente porque recibí la subvención para construir la rueda hidráulica"

Nordafrikanische Getreidemühle
Molienda como en el pasado lejano: la energía hidroeléctrica tiene una larga tradición.Imagen: CC / palindrome6996

Una larga tradición en todo el mundo

La historia del molino de Gollmitz está documentada desde el siglo XIII. "Se sabe que el molino original fue destruido en el siglo XVII durante la Guerra de los Treinta Años", cuenta Kai Rogozinski, "el edificio actual fue reconstruido en 1724".

El uso de molinos hidráulicos es considerado como la tecnología más antigua en la historia de la humanidad para generar energía con ayuda de la naturaleza. Antes que hubieran la electricidad y los motores de combustión, los molinos tanto de viento como hidráulicos eran la fuente principal de energía para las sociedades preindustriales. Eran usados ya sea para la molienda de granos, o aserraderos o martillos para la extracción de aceites vegetales o para extraer de la corteza de árbol agentes para la curtición, los llamados molinos de casca. Los molinos más antiguos conocidos fueron construidos en Mesopotamia y datan de 500 años antes de Cristo.

El molino de Uckermark es propulsado por una corriente de tan sólo dos metros de ancho. Según Kai Rogozinski, esto demuestra principalmente que si el salto de agua está bien, prácticamente en cualquier lugar se puede operar un pequeño generador de manera eficiente, incluso con un escaso caudal. El molinero suministrador de luz sostiene además que la corriente tiene aún gran potencial para generar más electricidad. "Antes, en esta misma corriente funcionaban 10 molinos, de los cuales hoy sólo quedan dos", dice.

Sin embargo, Kai Rogozinski no quiere dejar completamente de lado el oficio de molinero. Desde 2006, hace funcionar de vez en cuando las muelas para producir harina. Con el tiempo, quiere abastecer regularmente a una panadería orgánica cercana. Tal y como cantan los románticos versos alemanes de Ernst Anschütz: "él nos muele los granos para el sabroso pan, / y teniendo uno así, se acabaron las penurias. / Tloc, tloc; tloc, tloc; tloc, tloc!”

Autor: Hanno Böck / Carolina Salinas

Editor: Enrique López