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El papa Francisco en la contienda política estadounidense

Martin Gak (rml)27 de septiembre de 2015

El Papa latino le habló al público estadounidense en español y, en ocasiones, en un dificultoso inglés, cambiando en pocos días el tenor del discurso sobre inmigración, pobreza y medioambiente.

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El papa Francisco en el Congreso de Estados Unidos.
El papa Francisco en el Congreso de Estados Unidos.Imagen: Reuters/J. Bourg

Con las primeras frases dichas públicamente, el Papa mostró que su paso por Estados Unidos sería de claro corte político. El Vaticano se esforzó por enmarcar el viaje como una misión pastoral pero las cuestiones centrales de la agenda pontificia de los últimos dos años son también ejes y motores de las muchas campañas pre-electorales tanto de republicanos como de demócratas.

Hablando del espíritu humano, Francisco mostró en Estados Unidos que el ejercicio pastoral tiene aristas inexorablemente políticas. El Papa latino le habló al público estadounidense en español y en ocasiones en un dificultoso inglés, identificándose y mostrándose como producto de la inmigración.

Un extranjero orgulloso de su identidad, de su acento y de su herencia cultural, agradecido y por momentos emocionado por la hospitalidad de un país que, como dijo, le ha ofrecido a miles el sueño y la esperanza de un futuro mejor, cambió en pocos días el tenor del discurso sobre inmigración, pobreza y medioambiente.

Confrontación directa con la agenda republicana

Liderados por Donald Trump, el campo de precandidatos republicanos adoptó un discurso anti-inmigratorio, que en algunos casos tomó matices lisa y llanamente xenofóbicos. Trump tildó a la inmigración hispana, en particular a la méxicana, de invasión de criminales y violadores.

El aparente éxito de Trump en las encuestas arrastró al resto de los candidatos a unirse a la agenda anti-inmigración. Es por eso que el énfasis del Papa sobre la importancia de la inmigración en la construcción de Estados Unidos desde sus principios y la consecuente demanda de hospitalidad al extranjero lo pusieron en directa confrontación con la agenda republicana.

Las reacciones de los sectores conservadores tampoco fueron positivas en relación a la posición de Roma en cuestiones medioambientales. En este aspecto las voces críticas fueron mucho más agresivas. Tanto políticos como medios de comunicación conservadores acusaron al Papa de inmiscuirse en cuestiones políticas ajenas a su rol religioso.

El medioambiente y el capitalismo sin límites

Quizás uno de los episodios más peculiares tuvo como protagonista a Gene Koprowski, del Heartland Institute que acusó al Papa de introducir ideas paganas en la iglesia con su énfasis en cuestiones medioambientales. En todo caso, como recalcó el Papa en la encíclica Laudato si de este año, la creación divina, y en particular la tierra y su protección, son de importancia teológica y religiosa.

La crítica al capitalismo sin límites, que el Papa identificó como la fuente de varias formas de violencia así como de los ciclos de pobreza al que muchos están condenados tampoco tuvo ecos positivos entre los conservadores estadounidenses. Esta cuestión tiene particular eco entre candidatos demócratas.

Según el índice GINI que mide la desigualdad económica, Estados Unidos tiene uno de los peores problemas de distribución económica de los países desarrollados y esto se refleja en formas de pobreza estructural que en los últimos años se ha vuelto una cuestión política central.

Rehabilitar el rol político de la iglesia

El viaje del Papa no solo ha sido histórico sino que traza también una estrategia para rehabilitar el rol político de la iglesia después de casi una década de profunda crisis. Más allá de las reacciones conservadoras, el Papa ha tenido enorme aceptación entre el público estadounidense que con 74% de aprobación tiene una mejor posición que cualquier político en el país.

Francisco es visto como una voz moral que se alza por encima de las batallas partidarias. El resultado es que el tono político en Estados Unidos ha cambiado radicalmente y las fuerzas políticas y los candidatos deberán modificar sus estrategias para evitar ponerse en contra de una voz que habla con un grado de legitimidad que la esfera política estadounidense ha perdido.