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Energía: el resistible ascenso de la demanda

Pablo Kummetz7 de noviembre de 2007

Si todos los países continúan aferrados a su actual política energética, el mundo necesitará en el 2030 un 50 por ciento más de energía que ahora. Opciones hay, pero no son implementadas.

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Torres de alta tensión: un mundo ávido de corriente.Imagen: AP


El pronóstico lo realiza la Agencia Internacional de la Energía (AIE), en su Informe Energético 2007, publicado hoy. Por ello, para la AIE es imprescindible tomar medidas en forma “decidida, inmediata y concentrada” para desarrollar un sistema de abastecimiento energético de menor impacto ambiental.


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Central carboeléctrica en China.Imagen: AP

Para la AIE no hay duda de que las medidas para mejorar la eficiencia energética son la forma más barata y rápida de reducir el crecimiento de la demanda y las emisiones. Pero aún así, las emisiones de CO2 serían en el 2030 un 25 por ciento mayores a las de hoy.


Por ello, para lograr una reducción mayor en las emisiones se necesitan políticas inmediatas y una transformación tecnológica sin precedentes en la historia del mundo.

China e India: 45 % del aumento de la demanda

El mensaje es claro, más teniendo en cuenta las predicciones coincidentes del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático que proyecta un aumento de temperatura global de entre 1,8 y 4 grados centígrados hasta fines de siglo, con graves consecuencias para la naturaleza y el ser humano.

Dos países se destacan en el informe de la AIE por su voracidad energética: China e India. Ambos “nuevos gigantes en la economía mundial” consumen cada vez más energía. Si todo sigue como hasta ahora, el 45 % del aumento de la demanda de energía se deberá a esos dos gigantes. En todo el resto de los países en desarrollo, la demanda aumentará un 35 % y en los países de la OECD, un 20 %. Las consecuencias de ese irrefrenado crecimiento son alarmantes. Y no sólo para China e India, sino para el mundo entero.

Hasta ahora, la mayor parte de los países “han hablado más que actuado”, se advierte en el informe de la AIE. Ello es lamentable por partida doble: si todos los Gobiernos llevaran a la práctica las medidas sobre las que reflexionan, en todo el mundo se consumiría “considerablemente” menos energía, lo cual a su vez reduciría las emisiones de gases de efecto invernadero.

Dependencia e inseguridad energética

Si, por lo contrario, continúan obcecados en su actual política energética, los países importadores de energía, aumentarían su dependencia de petróleo y gas natural y generarían cada vez más gases de efecto invernadero. “Ambos procesos son preocupantes, tanto en lo que se refiere al cambio climático como a la seguridad en el abastecimiento energético”, advierte la AIE.

Las preocupaciones de la AIE se concentran en China e India. Ambos países necesitarán en un futuro próximo mucho más energía que hoy. Y gran parte de esa energía es importada. Ello lleva por un lado a una cada vez más dura competencia por los recursos energéticos y por otro a un aumento de los precios, que afecta a todo el mundo. Para los países con un gran porcentaje de importación de energía y escasos recursos, las consecuencias serán inmensas.

Por ello, la AIE llama a todos los países a hacer todo lo posible para pasar a un sistema de abastecimiento energético más seguro y que produzca menos gases de efecto invernadero, sin afectar el desarrollo económico y social. Donde más difícil será solucionar esa problemática es en China y la India.