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''Fin de una era''

26 de agosto de 2011

El fin de la era Gadafi en Libia y el futuro de ese país, así como el rol de los países occidentales en lo referente al negocio del petróleo son temas analizados por algunos editorialistas.

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Rebeldes toman la residencia de Gadafi en Bab al Aziziya.
Rebeldes toman la residencia de Gadafi en Bab al Aziziya,Imagen: dapd


Corriere della Sera
, de Milán: “Con la única excepción de la caída del Muro de Berlín, no se recuerda el derrumbe de un régimen en alguna parte del planeta al que no le haya seguido la violencia y un período más o menos largo de inestabilidad. Por eso, es apresurado hablar de un futuro democrático en Libia luego de la caída de Muamar al Gadafi. Pero lo que sí es seguro en estas horas agitadas y llenas de euforia y de duelo por los cientos de cadáveres en las calles de Trípoli es que se trata del fin de una era.”
 

“El negocio del petróleo puede continuar”

Tages Anzeiger, de Zúrich: “El thinktank del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores escribe: ‘Que Libia haya logrado la libertad no se debe sólo a que Occidente ama a Libia, sino también a que Libia posee petróleo'. Esto puede ser cierto, pero la guerra no se llevó a cabo por el petróleo. La misión de la OTAN se ejecutó porque Occidente había llevado demasiado lejos su actitud hipócrita hacia Gadafi. Ahora se ha logrado con éxito cambiar de bando y el negocio puede continuar. Lo positivo es que los miles de millones que el futuro gobierno de Libia ganará con el petróleo ayudarán a reconstruir ese país. Y las empresas petroleras se preocupan por la legalidad de sus acuerdos y por un entorno seguro para sus empleados, ambos factores que beneficiarán a los libios.”
 

“Imagen lamentable de Guido Westerwelle”

Der Standard, de Viena: “Tal vez alguien se entere alguna vez de lo que sucedió realmente en Libia. Está claro que no fueron los ataques aéreos de la OTAN los que ayudaron a los rebeldes, sino más bien las sanciones que el ministro de Exteriores alemán, Guido Westerwelle, se encargó personalmente de implementar. Esta es, al menos, la impresión que transmite Westerwelle, y la canciller alemana, Angela Merkel, no colabora en absoluto para contrarrestar esa imagen lamentable. Recordemos que, en la crisis de Libia, Alemania estaba en contra de sus aliados, en contra de EE. UU., Francia y Gran Bretaña. No aprobó la resolución de la ONU ni el envío de soldados alemanes a Libia. Se limitó a observar la guerra desde afuera, y Westerwelle aún mantiene esa posición. Por eso, lo mejor sería que callara. Pero la humildad y la autocrítica nunca fueron su fuerte, a no ser que ya no pudiera evitar ponerlas en práctica por razones tácticas.”
 

“Alemania, superada por los sucesos en Libia”

Tageszeitung, de Berlín: “Ahora que los rebeldes y la OTAN triunfaron en Trípoli, muchos opinan que Alemania se hizo el ridículo al abstenerse en el Consejo de Seguridad de la ONU en marzo, y hasta dicen que ‘vergonzoso'. Pero ciertos políticos que ahora actúan como si el ‘sí' de Alemania hubiera sido en marzo la alternativa correcta deberían revisar mejor lo que ellos mismos dijeron en ese momento. No sin razón, la fracción de Los Verdes en el Parlamento advirtió que ‘se debería ejercitar la humildad en el trato con los demás'. Y hay más de un motivo para hacerlo, ya que no sólo Westerwelle estaba superado por los acontecimientos en Libia, sino toda la clase política alemana.”

Autora: CP/ dpa
Editora: Emilia Rojas-Sasse