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Explosivas huellas de la II Guerra Mundial

23 de noviembre de 2003

Más de 50 mil personas fueron evacuadas de sus hogares en el centro de Milán este domingo. La razón: una bomba de la II Guerra Mundial. También en Alemania se encuentran continuamente estos rastros bélicos.

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Una bomba de la II Guerra Mundial, desactivada en el 2002 en Fráncfort.Imagen: dpa

Lo que este domingo vivieron los habitantes de Milán no es una novedad en diversos lugares de Europa. Forzados a abandonar sus hogares y hoteles en pleno centro de la metrópoli italiana durante varias horas, debido a que los expertos se disponían a desactivar una bomba de la II Guerra Mundial, los cerca de 55 mil afectados regresaron ya a sus lugares de residencia, y el hecho quedará archivado como un episodio más de una larga serie.

Lastre peligroso

Brest y Berlín fueron escenario de sucesos similares en octubre, lo mismo que Turín hace sólo un par de semanas. Revisando las informaciones del último tiempo, se topa uno con que prácticamente no hay mes en que no se tenga de hacer detonar controladamente algún explosivo que quedó sin estallar durante la guerra. En la inmensa mayoría de los casos, se trata de operaciones de rutina que sólo causan molestias y algunos costos. A veces, como ocurrió hoy en Milán, esos inconvenientes alcanzan dimensiones considerables, ya que la bomba en cuestión había sido hallada durante trabajos de construcción en las cercanías de la estación central. Por lo tanto, para retirar el artefacto, hubo que cerrar transitoriamente el terminal ferroviario, obligando a desviar 200 trenes. Pero eso suele ser todo.

No obstante, en algunas oportunidades se han producido accidentes trágicos. En 1994, un experto en explosivos murió en Brandeburgo, al tratar de desactivar una bomba de medio siglo de antigüedad. Y recientemente ocurrió algo similar con dos especialistas que trabajaban en Salzburgo. Se trata, pues, de un asunto delicado que, según los entendidos, se vuelve aún más peligroso con el paso del tiempo, por el deterioro del material de los artefactos.

Hallazgos en aumento

En consecuencia, a más de 58 años de terminada la II Guerra Mundial, su herencia sigue siendo potencialmente letal. Ella consta no sólo de bombas lanzadas por aviones aliados, sino también de municiones diversas, granadas y minas. Nadie está en condiciones de precisar la cantidad que continúa desperdigada en territorio europeo. Pero, lo cierto, es que se sigue encontrando un número sorprendente. Por ejemplo, en el estado alemán de Renania del Norte Westfalia, se hallaron el año pasado casi 78 mil proyectiles. Ello supuso un aumento del 93%, atribuido a que cada vez se utilizan más terrenos para la construcción.

La zona de Alemania más afectada por este problema es la de Berlín y Brandeburgo. Desde 1991 se han encontrado en el área más de 40 mil bombas y más de medio millón de granadas. Tan sólo en el primer semestre de este año se desenterraron 275 toneladas de municiones, incluyendo 159 bombas incendiarias y 806 bombas convencionales. Un lastre peligroso y además costoso: 16 millones de euros gastó el gobierno regional el año pasado en los trabajos de remoción.