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Secretos de Estado

26 de julio de 2010

Tras analizar 92.000 documentos filtrados por la página web wikileaks.org, el semanario alemán "Der Spiegel" y otros medios importantes imprimieron reportajes que dejan mal parados a los estrategas de la misión militar.

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"Der Spiegel" le dedicó su portada a una unidad de élite estadounidense especializada en eliminar a jefes talibanes.Imagen: Spiegel

Wikileaks.org lo ha vuelto a hacer: los artífices de la plataforma de Internet que ha venido filtrando archivos confidenciales de consorcios y Estados poderosos desde 2007 publicaron este domingo (25.7.2010) 92.000 documentos secretos sobre la guerra de Afganistán. Poco después, tras analizar la información de manera independiente y compararla con la ofrecida por las instancias oficiales, el semanario alemán Der Spiegel, el diario estadounidense The New York Times y el periódico británico The Guardian imprimieron sendos reportajes que dejan muy mal parados a los estrategas de la misión militar.

En general, la información clasificada deja de manifiesto hasta qué punto el estado de la seguridad en el país asiático es mucho peor del que reconocen las fuentes oficiales a casi nueve años de haber comenzado la guerra en Afganistán. Pero los documentos también describen casos no conocidos de civiles muertos, las actuaciones de un comando especial que persigue a líderes talibanes para capturarlos o abatirlos sin juicio previo e indicios del crecimiento de la insurgencia en Pakistán; detalles que tendrán resonancia a escala internacional por mucho que los principales aludidos se empeñen en restarles credibilidad o importancia.

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wikileaks.org publicó este domingo (25.7.2010) 92.000 documentos secretos sobre la guerra de Afganistán.Imagen: picture alliance/dpa

¿Rumores insustanciales?

En nombre del Gobierno de Estado Unidos, el asesor de Seguridad Nacional, James Jones, condenó duramente la filtración, enfatizando que la misma puede poner en peligro las vidas de los estadounidenses y sus aliados, además de menoscabar la capacidad de defensa del país. Los Gobiernos de Gran Bretaña y Pakistán también reaccionaron, subestimando la relevancia de las fugas de información: “Desde luego, no vamos a perder nuestro tiempo prestando atención a filtraciones”, dijo William Hague, ministro de Exteriores británico, sabiendo, sin embargo, que, queriéndolo o no, el tema sería discutido extraoficialmente en la reunión que se aprestaba a sostener con sus homólogos de la Unión Europea (UE).

Por su parte, el embajador paquistaní en Washington, Hussain Haqqani, señaló que los documentos hechos públicos por Wikileaks contradicen lo que ocurre realmente sobre el terreno. Haqqani insistió en que no son veraces los reportes según los cuales Pakistán, que es un aliado de Estados Unidos en la lucha contra la insurgencia en Afganistán, ha permitido a sus servicios secretos colaborar con los talibanes y reunirse con ellos para organizar redes de grupos milicianos con miras a que combatan contra los soldados estadounidenses.

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Entre otras cosas, los documentos describen asesinatos no reportados de cientos de civiles a manos de las fuerzas aliadas en Afganistán.Imagen: AP

Una de las fugas de información más grandes

El primero de los expedientes confidenciales data de enero de 2004, cuando gobernaba el presidente estadounidense George W. Bush; pero el último de ellos fue producido en diciembre de 2009, poco antes de que Barack Obama anunciara una nueva estrategia para Afganistán, con un considerable incremento de recursos y un foco más definido sobre los bastiones de Al Qaida y los talibanes en Pakistán. Este es uno de los argumentos presentados por el Gobierno estadounidense para quitarle peso a las fugas de Wikileaks y vigencia a los señalamientos que podrían derivarse de ellas. No obstante, en conjunto, los documentos describen exhaustivamente por qué los talibanes tienen más fuerza ahora que en 2001, con todo y que Estados Unidos ha invertido alrededor de 300.000 millones de dólares en la guerra de Afganistán.

The New York Times estima que los archivos filtrados pueden ser leídos como el diario de una fuerza liderada por Estados Unidos, muchas veces privada de recursos y de atención mientras luchaba contra una insurgencia que crecía, estaba mejor coordinada y se hacía más letal con el paso de cada año. The Guardian considera que los reportes de inteligencia –“una de las fugas de información más grandes en la historia de las Fuerzas Armadas estadounidenses”– dibujan un retrato devastador del conflicto en donde 320 soldados británicos, más de 1.000 estadounidenses e innumerables civiles, políticos y agentes de seguridad afganos han perdido la vida.

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Julian Assange, co-fundador de wikileaks.org: "La información pone en duda casi todo lo que se ha dicho hasta ahora sobre la guerra en Afganistán".Imagen: picture alliance/dpa

Revelaciones con consecuencias

La revista alemana Der Spiegel comenta que los documentos muestran la guerra desde el punto de vista de los soldados estadounidenses y, en consecuencia, sin filtros. La publicación le dedicó su más reciente portada a la Task Force 373, una unidad de élite estadounidense especializada en eliminar a jefes talibanes, y varias páginas a los asesinatos no reportados de cientos de civiles a manos de las fuerzas aliadas en Afganistán. Los jefes de redacción de estos tres medios acordaron no revelar información sensible relacionada con el material secreto, como los nombres de los informantes afganos de los militares estadounidenses o datos que pudieran comprometer adicionalmente la seguridad de los soldados.

Der Spiegel acompañó el reportaje con un perfil del co-fundador de Wikileaks, Julian Assange, describiéndolo como “el australiano de 39 años que el Pentágono percibe como un hombre peligroso y otros, más bien como un hombre en peligro”. Consultado sobre los motivos que lo han llevado a hacer pública esta inmensa cantidad de documentos confidenciales, Assange respondió: "Estos datos ofrecen la descripción más amplia de una guerra que haya habido jamás durante un conflicto armado en marcha; es decir, en un momento en que todavía se pueden propiciar cambios positivos". Assange añadió que, en general, la información pone en duda casi todo lo que se ha dicho hasta ahora sobre la guerra en Afganistán, "y eso contribuirá a cambiar no solamente nuestra percepción de esta guerra, sino de todas las guerras modernas”.

Autor: Evan Romero-Castillo / dpa
Editora: Emilia Rojas Sasse