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Nuevo desafío

22 de agosto de 2011

La toma de Trípoli y el futuro de Libia luego de una inminente caída de Mumar Al Gadafi son analizadas por editorialistas europeos.

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Festejos en Bengasi por afianzamiento rebelde en Trípoli.
Festejos en Bengasi por afianzamiento rebelde en Trípoli.Imagen: dapd


Le Figaro
, de París: “Para los rebeldes, la batalla por el control de Trípoli es decisiva para su futuro y el de su país. La prioridad debe ser evitar un baño de sangre para que pueda producirse una transición ordenada. En la lucha final, el Consejo Nacional de Transición tendrá que superar sus divergencias y dar prueba de que es capaz de tomar la capital libia sin deseos de venganza ni actos de violencia inútiles. Cuando haya caído Gadafi, el Consejo deberá gobernar el país y evitar que se hunda en el caos. (…) Lo que suceda en Trípoli es de vital importancia para Europa. De confirmarse, la caída del tirano podría redefinir la relación de Europa con el mundo árabe, signado por cambios fundamentales.”


“Próximas semanas, decisivas para Libia”

The Times, de Londres: “A pesar de los festejos de los rebeldes en las calles de Trípoli, la situación aún es incierta. (…) La recuperada autoestima y la organización de los grupos revolucionarios podrían seguir desmoronándose debido a las violentas luchas por el poder y a disputas internas entre las tribus rivales y los líderes militares. (…) Las próximas semanas serán decisivas para Libia en cuanto a si logrará enfrentar unida el desafío de la reconstrucción después de la era de Gadafi o si se sumirá en el caos y la anarquía cuando la caída del régimen provoque luchas por el poder entre islamistas, líderes tribales, unidades militares y oportunistas.”

“Balance decepcionante”

Salzburger Nachrichten, de Salzburgo: “El balance de las revoluciones en el Magreb es decepcionante. Los movimientos de protesta lograron imponerse sólo en dos países. Desde la península saudí hasta el Magreb, los monarcas y militares compraron con dinero la inacción de sus súbditos. Yemen marcha hacia una guerra civil y Argelia espera poder dejarla atrás, mientras el rumbo de Túnez y El Cairo aún sigue abierto. Y eso también vale para Libia, el primer país, desde la irrupción de la primavera árabe, en el que Occidente garantiza la supremacía de los rebeldes por medio de una intervención militar. Gadafi cae con mucho ruido, como corresponde a sus ínfulas revolucionarias, pero eso habla poco de su peso verdadero peso político. Por el contrario, Gadafi pasó a estar en la mira de Occidente cuando su importancia a nivel internacional ya se desvanecía.”

“Desenlace debilitará política occidental en el mundo árabe

Corriere della Sera, de Milán: “Cuando la guerra en Libia llegue realmente a su fin, como parece estar sucediendo ahora, sabremos quién la habrá perdido: Muamar Al Gadafi, su clan familiar, sus aliados y todos los países que apostaron por la victoria del dictador. Por el contrario, poco sabemos acerca de quién ha ganado esa guerra. Los rebeldes lucharon con gran valentía, pero se trata de un grupo heterogéneo que creció notablemente sólo gracias a la intervención militar de la OTAN, que les abrió una puerta hacia el triunfo. Entonces, ¿quién ganó? ¿Los que apoyaron la intervención armada? ¿La OTAN? El incierto desenlace de la guerra en Libia seguramente continuará debilitando la política occidental en el revolucionado norte de África y en Cercano Oriente. Absorbida por la crisis financiera, la apuesta de la intervención militar de EE. UU. y la Unión Europea en Libia se ha cerrado. Lo que resta es predicar la democracia y amenazar con sanciones. Y los grupos islamistas desde Egipto hasta Irán lo saben perfectamente.”

Autora: CP/ dpa
Editora: Emilia Rojas-Sasse