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Arte

"Intervenciones anticoloniales" en Museo Ludwig

Annabelle Steffens-Halmer
12 de octubre de 2022

Artistas de América Latina recorren el Museo Ludwig de la ciudad de Colonia en busca de vestigios de la época colonial. Su objetivo: dejar sus propias "intervenciones anticoloniales" en la colección permanente.

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Paula Baeza Pailamilla, artista de la performance en el Museo Ludwig.
Paula Baeza Pailamilla llama la atención sobre la historia de los orígenes del Museo Ludwig.Imagen: José Cáceres

"De niño aprendí a producer sonidos de trompeta en caracolas como esta", dice Pável Aguilar, músico y artista conceptual hondureño, mientras recorre uno de los pasillos del Museo Ludwig de la ciudad de Colonia, a orillas del río Rin. "El sonido que se escucha simboliza el espíritu del océano", agrega el artista hondureño.

Pável Aguilar es uno de los cuatro artistas de América Latina que han contribuido a la actual exposición "HERE & NOW - Intervenciones anticoloniales" en el Museo Ludwig. "Una colección tiene que ser más diversa, deben mostrarse diferentes voces", explica la curadora de la muestra, Joanne Rodríguez, en entrevista con DW, agregando que "eso es lo que intentamos con nuestras intervenciones anticoloniales en diferentes lugares del museo”.

Una instalación de la artista Paloma Ayala
Exposición "Aquí y ahora" en el Museo Ludwig de ColoniaImagen: Annabelle Steffes-Halmer

Las "intervenciones" individuales están repartidas por toda la colección permanente en forma de códigos QR, que permiten a los visitantes descargar videos de las declaraciones en sus celulares. Aguilar también ha colocado güiros, la versión centroamericana de un instrumento de madera natural de percusión, en el que se genera el sonido raspando con un metal. El artista deja un güiro al lado de obras como "Los durmientes" (1924) de Hermann Scherer. Esta escultura de madera se atribuye al primitivismo, un movimiento artístico bastante controvertido en la actualidad: a principios del siglo XX, los  artistas occidentales se inspiraron en el arte del llamado Sur Global e intentaron adoptar su estilo. Al hacerlo, opinaban que los artistas supuestamente incultos de África y Oceanía, por ejemplo, se guiaban por su instinto, y no por su intelecto.

Pero las huellas de la época colonial no solo son evidentes en las obras expuestas, sino también en la historia del museo. Paula Baeza Pailamilla llama la atención sobre esto en una videoperformance que trata sobre la producción de chocolate. El punto de partida para la fundación del Museo Ludwig en 1976 fue la donación de 350 obras modernas por parte de Peter e Irene Ludwig, cuya fortuna se basó en la producción y distribución de chocolate. "Siempre trato de cuestionar la estructura de las cosas y de las instituciones", dice la artista chilena, que en su video de tres partes imita la actitud servil de las "mascotas de chocolate" de la publicidad, denunciando así los abusos que aún siguen existiendo, como el trabajo infantil en la producción de chocolate.

Artistas latinoamericanos en el Museo Ludwig de Colonia: (de izqu. a der.) Paula Baeza Pailamilla, Paloma Ayala, Joanne Rodriguez y Pável Aguilar
Artistas latinoamericanos en el Museo Ludwig de Colonia: (de izq.. a dcha.) Paula Baeza Pailamilla, Paloma Ayala, Joanne Rodriguez y Pável AguilarImagen: Annabelle Steffes-Halmer

Arte y realidad: castigo de muerte a un niño migrante

Daniela Ortiz interviene de manera aún más contundente en la colección del museo: la artista peruana se inspira en el cuadro de Max Ernst "La Virgen castiga al niño Jesús ante tres testigos: André Breton, Paul Éluard y el artista" (1926). Ortiz yuxtapone el famoso cuadro surrealista con la historia muy real de Jesús Ánder, un niño colombiano de nueve años que murió en un campo de refugiados español tras la deportación de sus padres. "La muerte de Jesús fue declarada oficialmente como un suicidio, y sus órganos fueron entregados para su donación sin el consentimiento de sus padres, que habían sido deportados a Colombia", señala Ortiz junto a su foto. El pequeño Jesús no es un caso aislado. Ortiz ha investigado otros casos de niños separados de sus padres, que fueron deportados y maltratados en centros de acogida estatales en Europa.

Los cuatro colaboradores se ven a sí mismos no únicamente como artistas, sino también como activistas. Así lo indica también el título de la exposición, explica Joanne Rodríguez: "El anticolonialismo se asocia siempre a la resistencia anticolonial". "Desconolización" les resulta un término demasiado débil, dice la curadora invitada.

Así, Paloma Ayala invita a los visitantes a asumir su propia creación: la artista mexicana ha colocado en estanterías de un metro de altura unas 650 esculturas de arcilla, todas ellas relacionadas con obras de la colección permanente. Los visitantes pueden tomarlas y modelarlas ellos mismos. "Yo desafío a la gente a que reflexione sobre la historia colonial”, dice Ayala a DW. 

Poco a poco, se irá creando una nueva exposición dentro de esta misma con los aportes de los artistas.

(jov/cp)