Jena - Retrato de la ciudad
15 de diciembre de 2010
La mejor perspectiva de Jena se obtiene subiendo a una de las montañas que la rodean y que alcanzan alturas de hasta 400 metros. Desde esas colinas se otea el casco urbano y el valle del Saale, y el paisaje adquiere tintes mediterráneos. Lo único que estorba un poco la contemplación es el barrio de Lobeda, con sus inmuebles de nueva construcción que a lo lejos siguen pareciendo gigantescos y en los que vive uno de cada cinco ciudadanos de Jena. De resto, la urbe es fácil de abarcar con la vista. Con sus 100.000 habitantes, apenas tiene edificios altos: su centro está compuesto por casas antiguas en su mayoría bien conservadas.
Centro espiritual y lugar de batalla
Las primeras menciones que se conocen de la ciudad de Jena datan de 1182. Durante siglos, esta ciudad de Turingia perteneció a los principados y ducados más variados, hasta pasar a formar parte del ducado de Sajonia-Weimar y a que un ministro y poeta llamado Johann Wolfgang von Goethe se ocupase de sus asuntos. En 1794, Goethe se hizo amigo de quien hoy da nombre a la universidad de Jena y es uno de sus hijos más famosos: Friedrich Schiller. Por aquel entonces, finales del silgo XVIII, Jena se convirtió en uno de los centros espirituales e intelectuales más importantes de Alemania.
Tampoco las guerras faltaron a orillas del Saale. La batalla más violenta de cuantas ha conocido la urbe tuvo lugar entre ésta y la vecina Auerstedt el 14 de octubre de 1806, cuando los franceses y los prusianos y sajones unidos en su contra se vieron las caras. El virulento enfrentamiento se saldó con una victoria de las tropas napoleónicas, con 30.000 muertos, incontables heridos y una región reducida a las cenizas en pleno corazón de Turingia. La batalla sigue siendo hoy uno de los hechos clave en el pasado de la ciudad, y actores de teatro la reproducen cada año.
Viejas callejuelas, nuevas cooperaciones
Jena es hoy un centro productor de alta tecnología. La universidad colabora con un sinfín de institutos de investigación y con la industria. Sus tasas de desempleo están por debajo de las que se miden en otras regiones de la Alemania oriental, y las callejuelas del casco antiguo de Jena, pese a su edad, lucen modernas y coloridas.
Autor: Ronny Arnold /RM
Editor: José Ospina-Valencia