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Kim califica a su tío ejecutado como “escoria disidente”

1 de enero de 2014

El líder de Corea del Norte se dirigió a su país amenazando a Estados Unidos y prometiendo esfuerzos para acercarse al sur.

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Imagen: Reuters

Segunda vez en las dos festividades de Año Nuevo que ha enfrentado al mando de su país que Kim Jong-un se dirige a sus ciudadanos por medio de un discurso televisado, cuyas palabras son especialmente analizadas en Corea del Sur, pues pueden marcar cambios de rumbo o entregar señales sobre la situación interna del hermético país comunista. Esta vez, Kim fue más conciliador que de costumbre, aunque como siempre dejó espacio a las amenazas.

El hombre fuerte de Corea del Norte aseguró que la purga llevada a cabo en las filas del Partido del Trabajador, que terminó con la ejecución de su tío Jang Song Thaek (acusado de corrupción y otros delitos), fortaleció a su régimen. Kim calificó la operación como una “acción decidida” que buscaba eliminar la “escoria disidente”. En ningún momento mencionó a su tío, considerado por muchos el número 2 del régimen.

En su opinión, tras la “limpieza de enemigos sectarios del partido y contrarrevolucionarios, hemos salido fortalecidos”, al tiempo que aseguraba que la cohesión del país “se ha multiplicado por cien”. El tío de Kim era considerado el cerebro del régimen y fue ejecutado tras ser condenado por un tribunal militar por alta traición. Sus delitos habrían sido malgasto de divisas y venta de materias primas a China.

Conciliador, pero amenazante

El líder comunista manifestó sus intenciones de mejorar las relaciones entre Corea del Norte y sus vecinos del sur, para lo cual dijo que se emprenderían “esfuerzos agresivos”. Sin embargo, llamó a Corea del Sur a hacer lo propio para conseguir que los vínculos bilaterales mejoren. También prometió que se preocuparía de incentivar el desarrollo económico de su empobrecido país, que ha debido soportar sucesivas hambrunas.

Pese a esta aparente retórica conciliadora, Kim prometió en su discurso de casi media hora que Pyongyang seguirá ampliando sus capacidades militares y que, en el caso de que hubiera un conflicto militar, habría una “catástrofe nuclear a gran escala”. Además, realizó numerosas críticas a los ejercicios militares conjuntos entre Seúl y Washington, advirtiendo que cualquier escaramuza accidental puede desencadenar una tragedia de la que Estados Unidos “no estaría a salvo”.

Corea del Sur reaccionó con escepticismo ante las palabras de Kim, quizás recordando que a comienzos de 2013 su discurso también fue conciliador, aunque con los meses las tensiones entre ambos estados aumentaron. “Habrá que esperar si Corea del Note cambia su actitud, porque sigue criticando a Corea del Sur”, señaló el Ministerio de la Unificación en Seúl.

DZC (dpa, EFE, Europa Press, Reuters)