1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

La gran fiesta de Dios

2 de junio de 2003

Unos 140.000 católicos y protestantes se congregaron desde el miércoles en Berlín, para celebrar el primer Congreso Ecuménico de Alemania, concebido como una fiesta de la unidad.

https://p.dw.com/p/3h5O
Un afiche del Congreso Ecuménico de Berlín.Imagen: Ökumenischer Kirchentag

Durante los próximos días, la capital alemana -acostumbrada a bulliciosos y exóticos desfiles, como la Love Parade- vibrará al son de los católicos y protestantes que se dan cita para dar testimonio de su fe. Se espera que cerca de 200.000 personas participen hasta el domingo en las 3.200 actividades contempladas en el maratónico programa de este encuentro, al que también acuden miles de creyentes de todos los países de Europa.

Mensaje del Papa

"El congreso ha de ser un gran signo ecuménico de que la unidad en la fe es más fuerte y significativa que aquéllo que separa", señaló el Papa Juan Pablo II, en un mensaje enviado para la ocasión. Así lo estima también una mayoría en Alemania, según una encuesta. De acuerdo con ella, un 67% no ve buenas razones para la división. Por otra parte, en una indirecta crítica a la situación imperante en Alemania, el Papa exhortó a los fieles de ambas Iglesias a defender juntos los valores cristianos frente al "relativismo ético" y al secularismo.

Tanto el presidente alemán, Johannes Rau, como el canciller federal, Gerhard Schröder, asistieron al acto inaugural, poniendo de manifiesto la relevancia del acontecimiento más allá del ámbito eclesiástico. El jefe de gobierno germano auguró que el encuentro "tenderá nuevos puentes", destacando la labor realizada por la Iglesia Católica y la Protestante en campos como la ayuda al desarrollo y el trabajo social. Al mismo tiempo las instó a no cejar en su compromiso con "un mundo multilateral, en el que no rija el derecho del más fuerte".

Este mundo y el otro

Las palabras de Schröder dejan desde ya de manifiesto que las inquietudes de las dos mayores comunidades cristianas del país también apuntan a los problemas de este mundo. No en vano la presidenta del Consejo de la Iglesia Protestante, Elisabeth Raiser, aprovechó de formular un llamado a la paz y a luchar contra la pobreza, condonando la deuda de los países más pobres. En este contexto, recordó que "anualmente fluyen 9.000 millones de euros más del Sur hacia el Norte, por concepto de servicio de los intereses, que desde el Norte hacia el Sur, en ayuda al desarrollo".

El congreso ecuménico ofrece pues algo para cada quien, según sus gustos e intereses. Y como se propone atraer a los jóvenes, incluyendo a aquellos que habitualmente no se ocupan de asuntos religiosos, habrá música, teatro e instalaciones luminosas. También se han tomado las providencias del caso y se repartirán 20.000 preservativos con la leyenda "cree". Probablemente no sólo el Papa habrá meneado la cabeza, sino varios cristianos tradicionalistas. Pero, al fin y al cabo, una fiesta ecuménica es también una fiesta de la tolerancia.