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La justicia global

28 de junio de 2002

El próximo primero de julio inicia su labor la Corte Penal Internacional (CPI), que procesará globalmente los crímenes de lesa humanidad. EEUU hace todo lo posible porque sus tropas queden fuera de su jurisdicción.

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La hora de los dictadoresImagen: AP

Con sede en La Haya, la CPI será la primera corte global permanente creada para juzgar a personas por crímenes como genocidio, crímenes de guerra y otras violaciones flagrantes a los derechos humanos. Hasta ahora 66 naciones han ratificado el tratado que otorga vigencia al Tribunal.

"Se convierte en realidad un largo sueño y su entrada en vigor significará un certero golpe a la inmunidad", dijo el Secretario General de la ONU, Kofi Annan, en la Conferencia de Plenipotenciarios en Roma, en 1998, cuando se aprobó la creación de la Corte. Un total de 136 países votaron a favor, hubo 21 abstenciones y 7 votos en contra, entre ellos, Estados Unidos. El presidente George Bush, teme que la Corte internacional podría entorpecer la lucha anti-terrorista de Washington.

La efectividad del tribunal depende del número de Estados que lo ratifiquen, ya que sólo tendrá competencia para juzgar crímenes cometidos en el territorio de uno de éstos Estados ó por uno de sus ciudadanos. Sin embargo, el Estatuto de Roma, prevé la posibilidad de que el Consejo de Seguridad de la ONU, le pida procesar algún crimen que suponga una grave amenaza para la paz y la seguridad mundial. En ése caso, la CPI estaría facultada para ejercer jurisdicción sin limitaciones territoriales.

Ejemplar fue el caso Milosevic

Desde que su precedente más cercano, el Tribunal Penal para la antigua Yugoslavia, iniciara el proceso judicial al ex-presidente Slobodan Milósevic por crímenes de guerra y genocidio, quedó patente la necesidad de crear una Corte global permanente. Pero en realidad sus antecedentes se remontan mucho más atrás, a los juicios de Nuremberg de 1944 en los que se juzgó a criminales de guerra nazis.

Henry Donnedieu de Vabres, el juez francés del tribunal Militar Internacional de Nuremberg formuló una propuesta en 1947. Al año siguiente, las Naciones Unidas finalmente reconocieron la necesidad de establecer una corte criminal internacional. Tras muchos intentos fallidos, se logró por fin establecer algo similar a lo deseado, con los dramáticos acontecimientos que desembocaron en la institución del Tribunal Penal para la antigua Yugoslavia en 1993 y el tribunal que se constituyó para juzgar los crímenes de Ruanda en 1994. Estos últimos ejemplos fueron los únicos resultantes de una iniciativa de la comunidad internacional y no la imposición de un vencedor tras un conflicto armado.

Oposición de EEUU

Estados Unidos, que ha intentado hasta ahora obtener inmunidad de la Corte para los integrantes de sus misiones de paz en el extranjero, ha incluso amenazado con dejar de apoyar las misiones de paz de la ONU, de no lograr su objetivo. La administración Bush, presentó ante el Consejo de Seguridad de la organización mundial, una resolución que excluiría a todo el personal militar, incluso a las Fuerzas de Estabilización de la OTAN en Bosnia (SFOR), fuera del alcance de la CPI. Washington financia casi la tercera parte de los costos totales de las operaciones de los cuerpos de paz de la ONU.

La organización Human Rights Watch, con sede en Nueva York, acusa a Washington de usar el Consejo de Seguridad como rehén "contra la independencia y la imparcialidad de la Corte Criminal". El Consejo de Seguridad deberá renovar la misión civil en Bosnia, que incluye a 46 policías estadounidenses. Estados Unidos envió también a 2.500 soldados a la región como parte de un contingente de mantenimiento de la paz, bajo las órdenes de la OTAN.