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“La paz no es solo acallar las armas“

24 de octubre de 2016

A poco del 20 aniversario de los Acuerdos de Paz en Guatemala, Juan Francisco Soto, director ejecutivo del Centro de Acción Legal en Derechos Humanos, habla con DW sobre lo que Colombia puede aprender de esa experiencia.

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Guatemala Juan Francisco Soto Direktor der Menschenrechtsorganisation CALDH
Imagen: DW/M. Reischke

Se acerca el 20 aniversario de los acuerdos de paz en Guatemala. Para Usted ¿qué significa el 29 de diciembre de 1996?

Juan Francisco Soto: En una oportunidad, un Obispo en Guatemala me decía: "Si no es una paz perfecta, por lo menos es la posibilidad de dejar de matarnos con la excusa de un conflicto armado”. El cese del derramamiento de sangre por el conflicto armado interno es un momento de reflexión para recordar el costo humano que tuvo en Guatemala: 45.000 desaparecidos, 200.000 muertos, un millón de desplazados internos de una población de alrededor de seis millones en ese momento. Hoy el tema de los acuerdos de paz está olvidado, no hay un seguimiento real a la implementación de los acuerdos de paz.

¿Por qué?

No existió un compromiso real del Estado de Guatemala en la implementación de los acuerdos. En alguna medida todo el tema de la memoria histórica, el tema de la justicia por los hechos sucedidos durante el conflicto, ha recaído más en las organizaciones de la sociedad civil que en el mismo Estado.

¿De qué manera se incluyó la justicia transicional en los acuerdos de paz?

Los acuerdos de paz regularon la ley de amnistía. Es muy clara la ley en el artículo octavo en cuanto que no se pueden amnistiar los graves crímenes contra la humanidad. Hay una serie de delitos que pueden ser amnistiados, pero los crímenes como genocidio, desaparición forzada, tortura, ejecuciones extrajudiciales no entran dentro de la amnistía. A raíz de esto existe el espacio legal en Guatemala para poder juzgar estas graves violaciones a los derechos humanos que se dieron durante el conflicto armado interno. Sin embargo, la justicia transicional tiene también un componente muy importante de garantía de no-repetición de los hechos. Obviamente llevar este tipo de casos es enviar un mensaje a las futuras autoridades que si se cometen estos delitos, tarde o temprano van a pagar las consecuencias jurídicas de los actos que se puedan cometer.

¿Cómo se aplicó la justicia transicional?

Juan Francisco Soto, director ejecutivo de la ONG Centro de Acción Legal en Derechos Humanos (CALDH)
Juan Francisco Soto, director ejecutivo de la ONG Centro de Acción Legal en Derechos Humanos (CALDH)Imagen: DW/M. Reischke

El delito de genocidio se juzgó, existe una sentencia por el delito de genocidio, a pesar de que la Corte de Constitucionalidad ordenó retrotraer el proceso. Se ha dictado una sentencia en el caso de Sepur Zarco por la violencia contra la mujer, hay sentencias por desaparición forzada y por tortura. Se ha demostrado que este tipo de delitos sí se cometieron durante la época del conflicto. Creo que es imposible juzgar todo lo que sucedió durante la guerra. Sin embargo, creo que sí es importante juzgar algunos de estos casos para que no quede sólo la memoria histórica, sino que esté probado que se cometieron estos delitos como un hecho judicial.

En Colombia, el Gobierno y las FARC firmaron el acuerdo de paz a finales de septiembre. La población lo rechazó luego en un referéndum – supuestamente también porque muchos colombianos no están de acuerdo con la idea de reducir ciertas penas a cambio de la colaboración de los victimarios en el proceso de encontrar la verdad...

Creo que cada sociedad debe ir buscando sus caminos. En principio, es sumamente importante terminar el conflicto armado en Colombia, hay que aplaudir y valorar el esfuerzo que se está haciendo por terminar este conflicto, y luego tienen que existir estas discusiones en la sociedad de cómo ir buscando estos caminos de justicia, hasta dónde alcanzan estos caminos.

Con los 20 años que lleva Guatemala con el proceso de paz, ¿qué es lo que Colombia puede aprender de la experiencia guatemalteca?

La participación de la sociedad civil es muy importante en la construcción de la paz. La paz no se construye solo entre dos bandos, sino que realmente es un esfuerzo de una sociedad entera por eliminar las causas que produjeron el conflicto. Y en esto tiene que haber una participación de las diferentes expresiones de la sociedad civil en el proceso.

¿Cuáles fueron estas causas en Guatemala?

Guatemala: violencia de género

En el caso guatemalteco es importante abordar el racismo y la discriminación en el país. Si tienes una sociedad racista, es muy difícil que funcione como país. Entonces hay que empezar a atacar este racismo estructural, este machismo estructural, la discriminación que hay en la sociedad e ir construyendo modelos de desarrollo que sean incluyentes.

En 1999, hubo un referéndum en Guatemala sobre los cambios constitucionales que requerían los acuerdos de paz. Al igual que el referéndum en Colombia, tuvo muy poca participación y fue rechazado. ¿Por qué?

Creo que es un tema de información. Hay que darle información a la población, generar estos espacios de debate para que la población tenga conocimiento de qué es lo que se está poniendo en discusión en los diferentes referéndums. Sin información, es muy difícil que la población se motive al voto.

¿Qué consecuencias tuvo el "No" a los cambios constitucionales en el referéndum en Guatemala?

A pesar de este rechazo, el proceso de la paz continúa , pero también por la falta de acción del Estado, la población fue dejando de lado esta implementación de los Acuerdos de Paz. Ahora es importante generar estos espacios de debate de lo importante que fue la firma de la paz y de cómo se pueden retomar estos acuerdos para implementarlos en el país. La firma de la paz no es solo callar las armas, sino buscar formas de superar las causas de este enfrentamiento.

Autor: Martin Reischke