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La peor palabra alemana del 2007 es políticamente incorrecta

Luna Bolívar Manaut15 de enero de 2008

Como la “prima del hornillo” o la “recompensa del fogón” puede traducirse “Herdprämie”, la peor palabra, en opinión de un jurado de filólogos germanos, que el alemán dio de sí durante el pasado 2007.

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"Herdprämie", "prima del hornillo" o "del fogón", la peor palabra de 2007.Imagen: AP

Desde 1991, todos los años se elige en Alemania la “apalabra”, “das Unwort”, de los últimos doce meses. En esta ocasión, los filólogos decidieron echar mano del amplio y variopinto espectro de términos que, en su continua batalla dialéctica, genera la política. Desde luego, mucho donde saciarse.

Del total de 968 propuestas recibidas y sin que importe el número de veces que una palabra es presentada como candidata, el jurado optó por condecorar a “Herdprämie”: así es como los políticos se acostumbraron a designar al dinero que, proponía la Unión Cristianosocial (CSU), debían recibir del Estado todas aquellas familias que se decidieran a criar a sus hijos en casa en lugar de enviarlos a la guardería o al jardín de infancia.

¿Quién fue el primero?

“Herdprämie”, que puede traducirse como “prima del hornillo”, era usada, claro está, en sentido irónico. Y es precisamente ese tono despectivo lo que ha molestado al jurado. “La palabra difama a los padres, en especial a las mujeres, que deciden educar a sus hijos en casa”, declaró Horst Dieter Schlosser, portavoz de los filólogos.

BdT Deutschland Unwort des Jahres 2007 Herdprämie
Difama a los padres, y sobre todo a las madres.Imagen: AP

Lo que el grupo no ha podido determinar con exactitud es de boca de quién nació el término. Se sabe que apareció en medio del torbellino por las reformas en la política familiar. Hace tiempo que se vienen reclamando más plazas para menores de tres años en los parvularios que faciliten, principalmente a las mujeres, reincorporarse al mundo laboral tras la baja por maternidad.

La aportación de la CSU al debate, en tanto que partido conservador y defensor de la familia tradicional, fue reclamar que si se daban facilidades económicas a las madres que decidieran volver al trabajo, también debían verse recompensadas las que optasen por quedarse en casa. La oposición no tardó en reaccionar a la idea.

“¡Se está potenciando una 'prima del hornillo'!”, exclamó Christa Lafontaine, la esposa de uno de los líderes del Partido de Izquierda, Oskar Lafontaine, en agosto de 2007. A ella le atribuyen algunos la maternidad, y nunca mejor dicho, del término, aunque también hay quien recuerda que Ursula von der Leyen, ministra de Familia y democratacristiana (el partido socio de la CSU), declaró ya en 2005 que las ayudas a los padres planeadas por su ministerio no eran “ninguna 'prima del hornillo'”.

Segundo y tercer puesto

La plata en este concurso de mala lingüística se la llevó la palabra “climáticamente neutral”, en alemán “Klimaneutral”, con la que el Gobierno alemán intenta “promocionar el tráfico aéreo u otras tecnologías altamente contaminantes sin que quede claro el modo en que son 'neutralizadas' las emisiones de CO2”, dice el jurado.

Sakrale Kunst im Kolumba Museum in Köln
El arte siempre es arte, con o sin Dios.Imagen: AP

La “neutralización” se lleva a cabo, por supuesto, no porque los gases nocivos se evaporen por arte de magia, sino porque la empresa contaminante invierte cantidades de dinero consideradas equiparables a lo ensuciado en proyectos medioambientales.

El tercer puesto fue para el adjetivo “entartet”, algo así como “desartistíco”, un viejo término con el que se usado en el periodo nacionalsocialista para designar a las obras de arte que no eran del gusto nazi y que volvió a ser empleado el pasado año por el cardenal de Colonia, Joachim Meisner, para referirse al arte que se aleja de Dios.