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La trayectoria de un huracán: Álvaro Uribe Vélez

Darío Berrío Gil
14 de mayo de 2021

Álvaro Uribe Vélez es una figura controversial, cuya trayectoria ha dejado huella. Durante los últimos 20 años, su influencia como presidente, senador, gobernador y líder de partidos ha determinado el rumbo de Colombia.

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Kolumbien Álvaro Uribe
Imagen: picture-alliance/Getty Images/R. Arboleda

Reformas constitucionales, la desmovilización de grupos paramilitares y guerrilleros, así como el fin de un sistema bipartidista, son algunos de los cambios que han ocurrido en la historia reciente de Colombia. Álvaro Uribe Vélez es el político colombiano que mayor influencia ha tenido sobre el curso de estos eventos; él "fue un huracán que subordinó la política colombiana”, comenta León Valencia, analista político y director de la fundación Paz y Reconciliación (PARES). Aún hoy ejerce un influjo importante sobre el electorado, la política del país y el gobierno del actual presidente Iván Duque Márquez. A juicio de Fernando Posada, consultor y analista político, su elección como presidente en 2002 dio inicio a una era que aún no termina. La vigencia de su influencia como figura política pudo constatarse por medio de la reacción que generó uno de sus trinos, a propósito de las jornadas de protesta iniciadas el pasado 28 de abril en Colombia. La publicación del exmandatario inició un debate nacional en torno al uso de armas por parte de la fuerza pública en contra de la población civil.

"La Era Uribe”

Álvaro Uribe y el legado de sus políticas son controversiales. Mientras algunos le agradecen haber mejorado la situación de seguridad en Colombia, otros recalcan los centenares de violaciones de derechos humanos cometidas por su administración. Uribe "fue un presidente en tiempos de crisis, que llegó a solucionar los problemas de su momento atendiendo a las necesidades de ciertos sectores de la ciudadanía. Cometió una serie de excesos, errores y abusos que empiezan a opacar su lugar en la historia”, comenta Posada. Ello terminó por minar la confianza de los votantes y descubrir capítulos desconocidos de su época como presidente (2002-2010), concluye. La seguridad democrática fue una de las políticas insignia de su administración. Entorno a esta, así como a la figura de Uribe, se constituyeron el Partido de la U (2010) y el Centro Democrático (2014). En su página web, el Centro Democrático presenta a la seguridad democrática como "una visión integral de seguridad que comprende la prevención, control y represión y rehabilitación. Hablamos de seguridad física, seguridad jurídica y seguridad política”.

Diferencias con su sucesor en la presidencia y entonces copartidario del partido de la U, Juan Manuel Santos, derivaron en que Uribe se convirtiera en senador líder de la oposición como miembro del Centro Democrático. Fue entonces cuando promovió una campaña en rechazo de los Acuerdos de Paz negociados entre el gobierno y la guerrilla de las FARC, derrotando en las urnas del Plebiscito por la Paz a la administración de Santos (2010-2018). Tras ser reelecto como senador, obteniendo la votación más alta en los comicios de 2018, dos situaciones han disminuido drásticamente su popularidad, comenta Fernando Posada. En primer lugar, una investigación judicial en su contra lo llevó a estar privado de la libertad bajo cargos de manipulación de testigos y soborno. Por otra parte, Uribe lidera el partido que llevó a Iván Duque a la presidencia, cuya administración ha tenido un "mal desempeño ante los ojos de la ciudadanía”.

El gobierno de Duque "es la segunda parte de un proyecto político que se va agotando”, enfatiza León Valencia. "Los segundos momentos de gobiernos autoritarios de caudillos han sido desastrosos durante los últimos años en América Latina”, agrega. Alberto Fujimori en Perú y Hugo Chávez en Venezuela serían ejemplos de este fenómeno. José Obdulio Gaviria, senador e ideólogo del Centro Democrático, rechaza la comparación con otros caudillos latinoamericanos. "No encaja muy bien la personalidad de Uribe en esa expresión, porque ha sido una persona muy de la disciplina de los partidos, sumamente respetuosa de la separación de poderes, como quedó claro cuando la Corte Constitucional le negó la posibilidad de presentarse a un tercer mandato”, comentó en entrevista con la Voz de América.

Ehemaligen Präsidenten Kolumbien Álvaro Uribe mit Hugo Chavez
Hugo Chávez y Álvaro Uribe, en febrero de 2005.Imagen: picture-alliance/AP/Miraflores Press office/M. Garcia

Un Huracán en decadencia

Hay interpretaciones contradictorias en cuanto al futuro del proyecto político que Uribe creó en torno de sí mismo, conocido como "uribismo”. Algunos analistas ven en la caída de su popularidad un indicio inequívoco de su declive, el inicio del "pos-uribismo”. "La caída en las encuestas y su desprestigio político va redundando también en sus procesos judiciales. Por la falta de apoyo político las cortes le pierden el miedo, por ende, ven una posibilidad de juzgarlo”, señala Valencia. Por su parte, Francisco Posada no descarta una relegitimación de la política de seguridad democrática a raíz del actual Paro Nacional. "En este momento de tanta violencia, en que el partido de Uribe habla tanto de la seguridad y del orden, no sería descabellado creer que él podría recuperar algo de credibilidad de parte de los colombianos”, comenta.

Existe, sin embargo, consenso en cuanto a que el uribismo sigue siendo una corriente capaz de influir sobre la intención de voto de cara a las elecciones presidenciales de 2022. Uribe aún cuenta con el apoyo de algunos grupos económicos y sectores de la sociedad, entre los que se encuentran "los palmeros, los arroceros, los azucareros, así como las élites más conservadoras del campo, incluidos ciertos sectores de la iglesia”, concluye Valencia.