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Las tres lecciones de Charlottesville

Michael Knigge
15 de agosto de 2017

Para muchos expertos en extremismos los recientes brotes de violencia no son una sorpresa. Pero hay tres nuevos elementos en lo ocurrido en Charlottesville que marcan una nueva dimensión de la violencia.

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Trump äußert sich zu Vorkommnissen in Charlottesville
Imagen: picture alliance/dpa/AP/P. M. Monsivais

El odio y la violencia ejercida abiertamente por parte de la extrema derecha el pasado fin de semana en Charlottesville han provocado indignación en los EE.UU. y en el resto del mundo. Una mujer joven murió tras haber sido atropella intencionalmente por un extremista derechista.

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Sin embargo, la dimensión del racismo, la violencia y el odio no es algo nuevo, dice Cas Mudde, un politólogo de la Universidad de Georgia e investigador sobre temas de derecha extrema en Estados Unidos. El potencial de violencia suele ser grande en eventos de este tipo donde la derecha se enfrenta a manifestantes de la izquierda, según Mudde.

"Una evaluación de los delitos cometidos por parte de la extrema derecha muestra que en los últimos 25 años cientos de personas fueron asesinadas en actos violentos por parte de la extrema derecha, añade Jeff Gruenewald, investigador sobre movimientos extremistas de la Universidad de Indiana.

Pero en este caso, los expertos observan tres diferencias significativas que distinguen a Charlottesville de otros excesos violentos del pasado.

Charlottesville Demonstration Nazi Flagge Rechtsradikalismus
Nazis, racistas y nostálgicos de los confederados: en Charlottesville había de todo. Imagen: picture-alliance/NurPhoto/E.Molli

1)    La unidad

Por primera vez, la extrema derecha logró integrar las diferentes facciones del movimiento. Anteriormente, todos los intentos de unir los diferentes grupos siempre habían fallado. "Se reunió casi todo el espectro de la derecha, algo que no es nada común en Estados Unidos: miembros del Ku Klux Klan, neonazis y miembros del movimiento identitario", dice Mudde. Y Gruenwald agrega: "El tamaño de la manifestación y la presencia de tantos grupos de extrema derecha fue algo novedoso".

2)    El coche como arma

El uso de un coche como herramienta violenta también es algo nuevo. "Los partidarios de la 'supremacía blanca' suelen recurrir tradicionalmente a las armas de fuego y otras armas convencionales para matar", dice Gruenwald. El uso de un vehículo para perpetrar un ataque mortal es hasta ahora único.

3)    La reacción retardada del presidente

Notable es también la tardía y floja reacción del presidente Donald Trump a los excesos de violencia por parte de la extrema derecha en Charlottesville. Inicialmente Trump había sido incapaz de condenar de manera explícita el racismo. Tras fuertes críticas, el presidente finalmente condenó el racismo y la extrema derecha pero sólo después de hablar de los grandes éxitos en el desarrollo económico del país y su propio papel en él.

El tema de Charlottesville no parece entusiasmarle mucho: el presidente Donald Trump.
El tema de Charlottesville no parece entusiasmarle mucho: el presidente Donald Trump.Imagen: Getty Images/C. Kleponis

Por lo tanto, el investigador Cas Mudde considera que Trump es moralmente responsable por haber alientado a la extrema derecha en los Estados Unidos. Su campaña electoral se había centrado en la identidad blanca y su supuesto papel de víctima. Después, Trump no supo distanciarse de los nacionalistas blancos. "Como resultado, estos grupos se sienten animados y tienen la impresión de tener a un amigo en la Casa Blanca", dice Mudde.

Esa imagen no cambiará con su condena tardía. "La extrema derecha esperaba una reacción de Trump. La clasifican como una decisión estratégica tomada por motivos políticos y no por convicción genuina", sostiene Mudde.

Autor: Michael Knigge (GG/VT)