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Locos por la Bio-Fanta

Luna Bolívar Manaut4 de agosto de 2005

El refresco de moda en Alemania se llama Bionade: una especie de Fanta de diversos sabores, que se fabrica siguiendo un proceso similar al de la cerveza y sin usar productos químicos.

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Bionade: la nueva bebida ecológica que causa furor en Alemania.Imagen: dpa - Report

Desde que en los años setenta los alemanes se encadenaran a las vías del tren para impedir el paso de los transportes radioactivos, la cultura "eco"- ecológica- se ha arraigado en Alemania. Hoy, el político más querido y famoso del gobierno alemán es un "verde", el ministro de exteriores Joschka Fischer.

Y en la vida cotidiana también lo biológico ha irrumpido con fuerza. Sólo hace falta echarle un vistazo a las estanterías de los supermercados: hay bio-huevos, puestos por gallinas felices que corretean por el campo. Hay bio-leche, bio-yogures y bio-quesos, porque las vaquitas sólo comieron pasto de la pradera. Hay bio-verdura y bio-fruta, que nunca se clonaron. Hay bio-pan, sin conservantes ni aromatizantes. Pero algo faltaba que ya no falta: la bio-Fanta.

A la Fanta como a la cerverza

Dieter Leiphold es el padre de la Bionade. En realidad, lo suyo es la producción de cerveza. Pero el negocio no marchaba muy bien desde hacía unos años, y se decidió por ampliar el mercado. La idea fue utilizar el mismo método que se usa en la elaboración de la cerveza, para crear un refresco.

Bionade nace por lo tanto de la fermentación de la cebada. Para que en este proceso no se generase alcohol, Leiphold consiguió aislar una bacteria concreta, de manera que la bebida, en lugar de resultar alcohólica, ganase en glucosa. Bionade contiene por litro cuatro gramos de azúcar: un azúcar que según los médicos ayuda a limpiar el organismo y a la absorción de los metales pesados.

A diferencia de en la fórmula secreta de la Coca-cola: en la fabricación de Bionade no interviene ningún tipo de producto químico. Todos los ingredientes son absolutamente naturales, lo que ha convertido a la bebida en una de las más demandadas de Alemania.

El éxito líquido

Bionade cuesta en las tiendas 49 céntimos, 2 euros en la gastronomía. La hay de limón, de saúco, de litschi, de hierbas y de naranja con jengibre. Al principio, a nadie le interesaba la Bionade. Ahora, se la quitan de las manos, dice Leiphold. El refresco ha llegado a Austria, Suiza, Suecia, Dinamarca y Bélgica, y pronto en Malasia, Brasil, Ghana y Namibia podrán disfrutar también de un vaso de Bionade.

Desde 1996, las ganancias de la familia Leiphold empezaron a crecer. Hace dos años se repartieron 800.000 litros del bio-refresco, el año siguiente 1,8 millones y sus productores pronostican que este año habrá 30 millones de litros de Bionade en el mercado. Los beneficios se calculan a 10 millones de euros por litro. Cada cual que saque sus cuentas, pero no es de extrañar que las grandes empresas de refrescos ya hayan puesto el ojo en los pequeños cerveceros.

Mientras tanto la familia Leiphold planea doblar la plantilla y fabrica a dos turnos. Los productores de Bionade se explican el éxito de la bebida por la concienciación de la sociedad alemana sobre la necesidad de seguir una vida sana y una dieta equilibrada. Junto al Fitness y los pasteles de nata de vacas alegres bajos en calorías, uno puede hacer algo por su salud bebiendo refrescos sin añadidos químicos y con glucosa natural que beneficia al cuerpo. Perfecto.