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Los Balcanes no quieren quedarse con los refugiados

Zoran Arbutina (JC/ER)4 de marzo de 2016

Hasta ahora, lo único que habían hecho los países situados en la ruta de los Balcanes es dejar pasar a los refugiados. Como temen que muchos se queden en su territorio, esperan que Alemania encuentre una solución.

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Imagen: picture-alliance/dpa/Z. Gergely Kelemen

Cuando el lunes los jefes de Estado y de Gobierno de la UE y Turquía traten de buscar posibles soluciones a la crisis de refugiados, los países situados en la ruta de los Balcanes estarán pendientes de los resultados de la cumbre. Dos países importantes por los que pasan los migrantes, Macedonia y Serbia, no tomarán parte en la discusión pero seguirán de cerca lo que se discute en Bruselas.

En una entrevista con DW acerca del endurecimiento de la política fronteriza de su país, el comisario para los refugiados serbio Vladimir Cucic rechaza toda responsabilidad. “Le aseguro que estas decisiones se originan en los países de destino: Alemania, Austria o Suecia”. El presidente de Macedonia, Gjorgje Ivanov, por su parte, aclara: “Siempre que alguno de los países del norte restringe el tráfico fronterizo, nosotros hacemos lo mismo”.

Una seña de Occidente

Esta actitud de los países de los Balcanes no es nueva. Mostraron la misma en octubre del año pasado, tras la cumbre de la UE celebrada en Bruselas. En ese momento se habló de tomar medidas contra el caos que se vivía en la ruta de los Balcanes. En cuanto los participantes volvieron a casa empezó el intercambio de emails: de Eslovenia a Serbia, pasando por Croacia y Macedonia. El resultado: a pesar de que no fue especificado en los documentos oficiales, a partir de ese momento se optó por dejar pasar sólo a aquellos refugiados procedentes de Siria, Irak y Afganistán que, desde Grecia, tratan de llegar al norte de Europa, explica Ksenija Milenkovic, directora de la Oficina serbia de Integración Europea (SEIO) de Belgrado. A todos los demás se les impidió continuar su viaje.

Serbien Flüchtlinge Balkan-Route
Cucic: “Hace tiempo que se prohibió continuar el viaje a los afganos. Nosotros no fuimos quienes tomamos la decisión”.Imagen: Getty Images/AFP/A. Nimani

Cuando se empezó a discutir en Alemania acerca de si los refugiados afganos deberían ser reconocidos como refugiados de guerra, los países situados a lo largo de la ruta de los Balcanes no vacilaron: de la noche a la mañana, los afganos fueron declarados refugiados económicos y se les prohibió el paso. “Estamos preparados para facilitar el tránsito de todas las personas que tengan garantizada la acogida en los países de destino”, dice el comisario Cucic de forma lapidaria, al tiempo que se lava las manos: “Hace tiempo que se prohibió continuar el viaje a los afganos. Nosotros no fuimos quienes tomamos la decisión”.

Inusual armonía

En raras ocasiones se mostraron los Balcanes tan unidos. Rara vez estuvieron tan de acuerdo la población y la élite política acerca de una cuestión como lo están sobre el tema de los refugiados. Prácticamente al unísono, Grecia, Macedonia, Serbia, Croacia y Eslovenia repiten el mantra: ¡nuestras intenciones son buenas! Ellos sólo quieren seguir su camino y, para ello, nosotros les ofrecemos la ayuda logística que necesitan. En inusual armonía repiten constantemente Skopje, Belgrado y Zagreb: “Nosotros no tendremos hotspots”.

Grenze zwischen Serbien und Mazedonien Flüchtlinge
Milardovic: ”Dicen que somos solo un país de tránsito, que los refugiados quieren seguir camino hacia Alemania, la tierra prometida".Imagen: picture-alliance/dpa/D. Savic

Durante el verano de 2015, cuando el fenómeno de los flujos de refugiados todavía era nuevo y llegaban imágenes dramáticas de las fronteras, en los países situados a lo largo de la ruta de los Balcanes se discutían las causas geoestratégicas de la migración y acerca de la supuesta “amenaza islamista”. Pero muy pronto se hizo evidente que los refugiados no querían permanecer en los Balcanes.”Dicen que somos solo un país de tránsito, que los refugiados quieren seguir camino hacia Alemania, la tierra prometida para ellos. A nosotros no nos afecta”, dice Andjelko Milardovic, del Instituto para las Migraciones de Zagreb, retratando el estado de ánimo en la región. Le respaldan los números: el año pasado, de los más de 800.000 refugiados que atravesaron la ruta de los Balcanes, sólo 1.578 pidieron asilo en Macedonia, en Serbia lo hicieron 8 personas y, en toda Croacia, ascendieron a 211.

El resto, cientos de miles de personas, pasaron de una frontera a otra hasta que llegaron a los “países receptores”, como denominan en la ruta de los Balcanes a Austria, Alemania y Suecia.