1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW
Igualdad de derechosAmérica Latina

“Los feminismos en América Latina están en ebullición”.

Maricel Drazer
8 de marzo de 2022

“Antes éramos un grupo de veinte 'locas' que salíamos a la calle, y ahora, son decenas de miles de chicas jóvenes”, sostuvo la reconocida feminista Marta Lamas, en entrevista con DW por el Día Internacional de la Mujer.

https://p.dw.com/p/48BFy
La antropóloga mexicana Marta Lamas en una manifestación por los derechos de las mujeres..
La antropóloga mexicana Marta Lamas en una manifestación por los derechos de las mujeres.Imagen: Stephanie Brewster

La antropóloga mexicana Marta Lamas es una de las voces más reconocidas del feminismo en el continente, es autora de numerosos libros, profesora e investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México, ha sido nominada al Premio Nobel de la Paz, y es una incansable luchadora por los derechos de las mujeres.

Es amable, franca, ajena a todo eufemismo, y portadora de un saludable sentido del humor.

A poco de cumplir 75 años sigue activa como siempre, ha publicado el libro "Dolor y política”, y ya está escribiendo el próximo, sobre su propia vida como feminista.

Es una mujer lúcida, y satisfecha.

Con ocasión del Día Internacional de la Mujer, DW dialogó con ella en exclusiva, desde México D.F., sobre la actualidad del movimiento feminista en el continente.

DW: ¿Cuál es el estado de los feminismos en América Latina hoy?

Marta Lamas: Pues el estado de los feminismos es la ebullición: por rabia, por indignación, pero también por el entusiasmo de la transgresión, de salir a la calle, de la solidaridad y de compartir. Yo lo veo desde mi perspectiva, de que hace 50 años éramos un grupo de veinte "locas” que salíamos a la calle, y ahora son decenas de miles de chicas, y, sobre todo, chicas jóvenes.

¿Y tras qué metas van?

Hay dos grandes líneas: por un lado, contra la violencia hacia las mujeres, "Ni una menos” y todo lo que implica, y por otro, por la libertad: la libertad sexual, -que implica el derecho al aborto-, y también la libertad política y la libertad identitaria. Y estas dos grandes vertientes tienen una narrativa que también es novedosa: las chicas se plantean como antipatriarcales, anticapitalistas y antirracistas. Es decir, el racismo, el capitalismo y el patriarcado son el horizonte de lucha en el que se desarrollan los nuevos feminismos.

Como usted dice, antes eran unas 'pocas locas': ¿ahora el feminismo alcanzó a gran parte de la sociedad?

Bueno, es difícil generalizar. No es lo mismo lo que pasa en Argentina, con una marea verde, que saca 2 millones de personas a la calle, y un presidente que se asume feminista y lo demuestra, a lo que es México, con las violencias cotidianas y con un presidente que no quiere ni hablar del tema.

Creo que Argentina, Uruguay, y ahora Chile, serían los países en donde el feminismo sí ha salido de los grupos estrictamente feministas, y en los que sindicalistas, grupos de intelectuales, otro tipo de trabajadores, también empiezan a asumirse feministas y a entender de qué va el feminismo. 

En México hay mucho feminismo neoliberal o empresarial. Es decir, las grandes empresas, muchas de ella transnacionales, tratan de poner a mujeres en puestos de dirección para mostrar que son sensibles con el tema, pero sus políticas laborales concretas no se modifican. Hay en una cierta capa, clase media, media alta, una narrativa que habla mucho del empoderamiento y de las mujeres, pero, en el fondo, están en una cosa muy individualista, muy lejana de lo que es el movimiento colectivo.

Marta Lamas
Marta Lamas, antropóloga y feminista mexicanaImagen: Stephanie Brewster

¿Existen malentendidos en torno al feminismo?

Sí, y también hay una confusión entre "feminismo” y "mujerismo”: el mujerismo está de moda, y es una concepción bastante esencialista, que piensa que las mujeres son más buenas que los hombres, menos corruptas, y que hay que hacer política para las mujeres, y no hacer política para una emancipación colectiva.

¿Qué es el feminismo para usted?

Para mí es la lucha por que la diferencia sexual no se traduzca en desigualdad. Todavía el mundo está construido a partir de este orden simbólico binario: hembras y machos que se convierten en hombres y en mujeres, y a los que se les atribuyen sentimientos, características, espacios y tareas. Entonces, lo que viene a hacer el feminismo es a romper con los sistemas de clasificación y de conceptualización. Y a decir: no hay una esencia, hay cuerpos, hay una materialidad, como la anatomía, -que es una materialidad muy contundente-, pero no hay esencias. No porque una nació con una anatomía, va a pensar de una determinada manera o va a desear cierto tipo de cosas.

¿Cuáles son los principales avances del feminismo en el continente?

Yo creo que el gran avance que mostraron las argentinas fue su capacidad de articularse con otros grupos, con otros movimientos en la marea verde y lograr que un sector muy amplio de la sociedad, de distintas clases sociales, de distintas edades y pertenencias laborales, mostrara su fuerza para un cambio en la ley. Esa capacidad de articulación política que tuvieron, no la hemos tenido en México.

En México lo que se logró es el tema de la paridad, que tuvo que ver mucho más con las feministas de gobernanza, es decir, las mujeres que han llegado a partir de sus trayectorias políticas personales a ocupar ciertos puestos, y desde ahí tratan de hacer cambios. Son procesos muy distintos, uno más desde abajo y otro más desde arriba, porque son sociedades muy distintas.

Y hay muchas otras cosas que están pasando en América Latina, por ejemplo, en Ecuador, que tiene una de las peores leyes sobre aborto que hay, pero las mujeres se organizaron para poner un recurso de anticonstitucionalidad por discriminación, porque solo se permitía el aborto a una mujer que había sido violada si la mujer era una 'débil mental', pero si era normal, aunque hubiera sido violada, no podía abortar.

O lo que está pasando en Honduras, en El Salvador, en Nicaragua y en República Dominicana, que tienen absolutamente prohibido el aborto por la razón que sea, y hay un movimiento feminista, pequeño, inteligente, pero que no puede contra todo el peso de esos gobiernos y de la patota del Vaticano metida ahí adentro.

Y lo que vemos ahora con el triunfo de Boric en Chile es la fuerza que tuvo el movimiento feminista en ese triunfo, y cómo muchas integrantes del gabinete de Boric, son feministas, y no de ahora, sino de las de hace mucho tiempo. Entonces, sí hay cambios muy interesantes en la región.

¿Por qué, a pesar de todo, el sistema patriarcal sigue siendo tan fuerte?

Porque las propias mujeres aceptan el sistema patriarcal, porque las propias mujeres son machistas, porque las propias mujeres se quieren acercar al mandato de la feminidad, y se gratifican con la abnegación materna.

Un sistema no se sostiene solo con una parte de la sociedad, lo sostenemos de manera colectiva. Solo cuando hay una mayoría que dice "este sistema no”, es que puede haber un cambio, y eso no lo van a hacer solo las mujeres.

¿Tiene pendiente un desafio en términos de divulgación el feminismo, para no quedar limitado a los círculos intelectuales?

Claro, ¿quién tiene los medios de comunicación? Los feminismos no tenemos medios de difusión, no tenemos recursos para hacer series de televisión, películas, todo lo que es la gran comunicación, que además forma los hábitos de las personas, las disposiciones, la manera de entender el mundo. Entonces, bueno, está complicado. (cp)