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Lucha diplomática tras la guerra

4 de abril de 2003

Alemania, Francia y Rusia reclaman un papel central para las Naciones Unidas. Su objetivo: sentar las bases democráticas para que sean los iraquíes los dueños de su propio destino. Pero EE.UU. tiene otros planes.

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Fischer, Villepin e Ivanov: un trio de antibelicistas.Imagen: AP

La cordialidad del ministro estadounidense de Relaciones Exteriores Powell cambia de acuerdo a los acontecimientos en el Golfo Pérsico. El nuevo tono con Alemania es de sorpresiva amabilidad. Colin Powell está hoy seguro de que "las relaciones con Alemania mejorarán una vez termine el conflicto". Tras la nueva actitud del representante estadounidense críticos ven empero, la intención de "aplacar ánimos con el fin de preparar la batalla diplomática en torno al dominio sobre el Irak de la posguerra".

Papel clave para las Naciones Unidas

La posición de Alemania es clara. Según el canciller alemán, Gerhard Schröder, las Naciones Unidas "debe tener un papel central...cuando llegue el momento de delinear el futuro de Irak". Según Schröder, "en un conflicto internacional, creemos en el monopolio del poder de las Naciones Unidas".

Reunidos en Paris, Alemania, Francia y Rusia reclamaron hoy un papel central para las Naciones Unidas en la reconstrucción política de Irak. Según Fischer, Villepin e Ivanov, los respectivos ministros de Alemania, Francia y Rusia, "las Naciones Unidas no sólo deben prestar ayuda humanitaria". Precisamente a dicha tarea estaría limitada la participación de la organización, según palabras de Colin Powell en Bruselas. Los ministros de exteriores de los tres países reforzaron además, su rechazo al ataque armado contra Irak y exigieron el respeto por su integridad territorial.

Por su parte, el Papa Juan Pablo II agradeció al ministro francés de Relaciones Exteriores Dominique de Villepin por su "incansable lucha por la paz".

Estados Unidos reticentes a otra idea

El instituto de estudios estratégicos International Crisis Group (ICG), con sede en Bruselas, ha recomendado que en cuanto cesen las hostilidades deberá establecerse de forma inmediata una administración transitoria y civil de la ONU. Según un estudio de esta entidad, "EE.UU. son reticentes a esta posibilidad, pero no hay ninguna opción mejor porque, con otros escenarios, la mayoría de los iraquíes, que se han visto privados del derecho de voto durante treinta años, seguirán sin tener voz".

La Administración de la ONU podrá recurrir a profesionales locales, así como a expertos de la diáspora, y organizar elecciones que vayan estableciendo "las normas para que Irak sea gobernado de forma plural, democrática y estable".

¿Cuáles son los verdaderos objetivos?

La asunción total del mando por parte de EE.UU., según los expertos del ICG, podría "alienar a los iraquíes y confirmar la visión de que Washington sólo tiene objetivos imperialistas", tal y como han denunciado tanto la propia oposición iraquí como parte de la comunidad internacional.

Según el diario británico The Guardian, EE.UU. tiene sus propios planes para Irak. Según éstos, el general Tommy Franks, responsable de la operación militar en el Golfo Pérsico, será quien dirija la administración iraquí en una primera fase tras el derrocamiento de Sadam Husein. Franks se encargaría de estabilizar el país para permitir la llegada de la ayuda humanitaria y garantizar el desarme iraquí. Esto sería un paso previo a la instauración de un gobierno de transición, integrado por personas que procederían de fuera de Irak.

El Gobierno de transición tendría 23 Ministerios, todos dirigidos por estadounidenses y cada uno con cuatro consejeros iraquíes nombrados por Washington. El nuevo Ejecutivo creará áreas administrativas "liberadas" por Franks, que transferirá el poder de estas zonas a otro militar, el general Jay Gardner, encargado de dirigir la ocupación.