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Música solidaria

27 de octubre de 2011

Los músicos de la Deutsches Symphonie-Orchester de Berlín están de gira por Japón, donde ofrecieron un concierto solidario en la devastada ciudad de Natori.

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Miembros de la Deutsches Symphonie-Orchester en Natori
Miembros de la Deutsches Symphonie-Orchester en NatoriImagen: Udo Badelt

Casas destrozadas que se diluyen en un páramo de lodo y fango. Trastos que se amontonan como improvisadas esculturas de hojalata. Fábricas en ruinas, tejados desvencijados, puertas abolladas, cristales hechos añicos. Ese es el paisaje que se observa en los alrededores de Natori, ciudad de 72.000 habitantes cercana a Sendai, a dos horas al norte de Tokio. El terremoto y el tsunami del 11 de marzo de este año no solo causaron la catástrofe atómica de Fukushima, sino que también arrasaron esta área del norte de Japón, alterando el curso de la vida en el lugar.

Trastos que se amontonan como improvisadas esculturas de hojalata en los alrededores de la ciudad japonesa de Natori
Trastos que se amontonan como improvisadas esculturas de hojalata en los alrededores de la ciudad japonesa de NatoriImagen: Christine Anderson

Una nueva vida

Pero los japoneses no se dejan vencer fácilmente. Igual que comienzan a asomar las flores que plantaron no hace mucho en los paseos de varias calles recién asfaltadas, unos 200 vecinos de Natori acudieron este miércoles (26.10.2011) al auditorio de su ciudad, que consta de tres salas. Tras el desastre del pasado mes de marzo, solo una de ellas se puede utilizar. Allí escucharon un concierto ofrecido por miembros de la Deutsches Symphonie-Orchester (DSO) de Berlín. La entrada  era gratuita, pues se trataba de una actuación solidaria por parte de los músicos.

El mensaje

A lo largo de su gira japonesa de tres semanas, la orquesta ofreció conciertos en Matsumoto, Fuji, Yokohama y Tokio. Tenían previsto tocar también en Sendai, pero la sala de conciertos de la ciudad está destrozada. Sin embargo, los músicos no quisieron dejar de actuar en aquella región para enviar un mensaje a los habitantes de aquella zona: “no estáis fuera del mundo, os ayudamos a recuperar la vida cultural para que podáis volver cuanto antes a la normalidad”.

Tender puentes

Esa era la idea de este pequeño gran concierto vespertino. Un conjunto de 25 instrumentistas de cuerda viajó hasta Natori. Michael Mücke, gerente de la orquesta, dijo al público presente en la sala: “Esta actuación es muy importante para nosotros, es algo que nos sale del corazón”.  La traductora traslada sus palabras a los asistentes: “Queríamos devolver a Japón algo de la bondad y calor con que nos ha acogido como visitantes”. Para Mücke, “la música es capaz de tender puentes que ni el agua ni el viento pueden destruir”.

El público de Natori durante la actuación de la Deutsches Symphonie-Orchester
El público de Natori durante la actuación de la Deutsches Symphonie-OrchesterImagen: Martin Oetting

Obstinación y optimismo

La Pequeña Serenata Nocturna de Mozart es uno de esos puentes. Música que todo el mundo conoce para dar comienzo al concierto de la mejor manera posible. La décima Sinfonía para cuerdas en Si menor de Mendelssohn y la Serenata para cuerdas de Chaikovski son, por un lado, obras  nostálgicas y melancólicas, que poseen, por otra parte, un lado orgulloso y optimista. Y pareció que el público se dio por aludido con esta música. Como propina, tocaron el Aria de la Suite en Re mayor de Bach, tan conocida como la Serenata mozartiana.

Restañar heridas

En la sala, se respiraba el agradecimiento de un público encantado de poder volver a escuchar estas piezas. Isoo Sasaki, el alcalde de Natori, relató que pueblos enteros se vieron afectados por el desastre natural. La catástrofe atómica de Fukushima, a 90 kilómetros de distancia, acaparó la atención internacional, pero para muchos japoneses el propio tsunami tuvo consecuencias peores y de mayor alcance. “No podemos agradecerles lo suficiente que hayan venido”, dijo Sasaki. “Este concierto es parte de nuestro proceso de curación”

Autor: Udo Badelt/MS 
Editor: Pablo Kummetz