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Nueva oportunidad para el Deutsche Bank

Henrik Böhme (MS/CP)19 de mayo de 2016

Los accionistas del Deutsche Bank están acostumbrados a los disgustos. En la última junta general se habló de sus pérdidas récord y del desplome de la cotización de sus acciones. Henrik Böhme informa desde Fráncfort.

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Zentrale der Deutschen Bank Frankfurt am Main
Imagen: picture-alliance/dpa/A.Dedert

La proyección de una serie de imágenes antes del comienzo, este jueves (19.05.2016), de la asamblea general en Fráncfort de los accionistas de Deutsche Bank puso a los asistentes de buen humor. Se trataba de un recorrido rápido por los 145 años de historia de la institución financiera. Una de las imágenes mostraba un titular del diario Frankfurter Zeitung que rezaba “El mayor banco del mundo”. El único problema es que se trataba de un facsímil de 1914. Si hoy día miramos cualquier clasificación de las entidades bancarias del mundo, en vano buscaremos al Deutsche Bank entre las diez primeras. Solo en la lista de los llamados bancos relevantes para el sistema ocupa el Deutsche Bank un lugar de privilegio. Pero con un valor actual en el mercado de alrededor de 20 mil millones de euros la institución se sitúa más bien como candidata a ser absorbida. Pero nadie va a meterse ahora en tal empresa con el Deutsche Bank.

Abucheos y aplausos

El ambiente estaba también emocionalmente cargado entre los alrededor de cinco mil accionistas que llenaban la sala. Incluso Jürgen Fitschen, hasta hoy copresidente de la institución, tuvo que soportar airadas interrupciones cuando hablaba de temas delicados como la prometida cultura del cambio en Deutsche Bank. Por lo demás, hubo muchos aplausos en la despedida de Fitschen, después de, según dijo, “habérsele permitido” servir a la institución durante 30 años. Fitschen se esforzó todo lo posible para explicar a los accionistas todo lo que había hecho durante el pasado año financiero para enderezar la senda de la institución. Defendió haber generado 33 mil millones de euros, el segundo valor más alto de los últimos diez años, pero del que poca ganancia queda libre después de hacer frente a las enormes cargas que suponen los litigios y los fondos de reserva. Como ya es sabido, hubo una pérdida total de 6,8 mil millones de euros el pasado año.

Deutsche Bank Paul Achleitner John Cryan Juergen Fitschen
John Cryan, Paul Achleitner y Jürgen Flitschen, la cúpula del Deutsche Bank, posa a su llegada a la junta general de accionistas este jueves.Imagen: Reuters/K.Pfaffenbach

Lejos del carbón y de los paraísos fiscales

Fitschen continuó argumentando que la línea de trabajo continuó siendo la financiación de empresas, como, por ejemplo, la que ha llevado a la fusión de AB Inbev y SAB Miller para convertirse en el mayor consorcio cervecero del mundo. Fitschen no explicó por qué Deutsche Bank no atendió un crédito de 20 mil millones de euros para Volkswagen, pero, al menos, sobre el tema de los paraísos fiscales, aseguró que el banco “no ofrece cuentas a sociedades de las que no se sabe quién está detrás”. El Deutsche Bank también se ha desvinculado, según Flitschen, de negocios cuestionables, como, por ejemplo, la financiación de métodos polémicos de extracción de carbón, como el llamado “Mountain Top Removal”, que supone el minado de cumbres de montañas.

La mirada de Cryan hacia adelante

En ese mismo sentido se pronunció John Cryan, ahora más que nunca jefe único del Deutsche Bank. También él dirigió la vista hacia adelante, más que nada porque duele mirar hacia atrás: “Disfrutamos de una atención muy especial, sobre todo en Alemania”, dijo Cryan, que hizo reír a los asistentes cuando matizó: “aunque tal vez ‘disfrutar' no es el término más adecuado”. Cryan dijo sentirse incomprendido cuando se lo describe como “la persona que va a sanear la institución o la que va a poner las cosas en orden”, ya que si puede ayudar al banco a salir del camino equivocado, “mejor para mí”. Lo que podría significar que, en realidad, Cryan es solo un líder de transición hasta que las cosas le vayan mejor a la institución. Eso es lo que esperan los accionistas: no solo porque la cotización de las acciones se haya dividido por dos desde que Cryan es consejero delegado, sino porque tampoco hay dividendos de 2015. A pesar de todo, Cryan fue aplaudido cuando prometió cuidar virtudes como el esfuerzo, la honestidad, la confianza y la solidez, valores por los que la institución veló en su día y hacia los que debiera volver.