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OMC: prueba de fuego

Eva Usi13 de diciembre de 2005

Abrió la sexta Conferencia Ministerial de la OMC con intentos por desbloquear las negociaciones privilegiando a los países pobres. Tras el fracaso de Cancún y Seattle, en Hong Kong se define la cooperación internacional

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Manifestantes antiglobalistas responsabilizan a la OMC de aumentar la pobreza en el mundo.Imagen: AP

Ninguna de las 149 delegaciones que han viajado a la isla de Hong Kong puede presumir de optimismo. La cumbre de la Organización Mundial de Comercio (OMC) promete poco en cuanto a liberalización comercial. Son demasiados los puntos en conflicto entre países industrializados y en desarrollo. Activistas antiglobalistas acusan a la organización de contribuir con la liberalización comercial a aumentar la pobreza en el mundo.

Tras el fracaso de la cumbre de Cancún, en el 2003, el entonces comisario de la Unión Europea, Pascal Lamy, no pudo ocultar su frustración, señalando que la OMC es una organización medieval en la que su director general carece de poder para obligar a sus miembros a llegar a un acuerdo. Ahora Lamy es director general del organismo y enfrenta una prueba de fuego. La OMC sigue sin ser reformada, con un estancamiento en las negociaciones para una mayor liberalización comercial.

Riesgos y beneficios

Radio Kuh Lila
En un establo suizo comprobaron que las vacas que escuchan música producen más leche.Imagen: AP

En principio todas las naciones miembro coinciden en que podrían verse beneficiadas de una reducción arancelaria mundial. El Banco Mundial estima que tales reducciones se traducirían en beneficios a los ingresos de la población mundial de entre 100 a 300 mil millones de dólares al año. Pese a todo, los riesgos parecen ser mayores que los beneficios.

Los países pobres se rehúsan a abrir sus mercados a productos occidentales sin tener la posibilidad de exportar sus productos. Como cada país miembro puede detener un acuerdo con su derecho a veto, todo acuerdo deberá contar con consenso. La Unión Europea intentará eliminar temores garantizando a los países más pobres cero tarifas arancelarias a sus productos en los países industrializados, y una tarifa mínima a sus productos en países en desarrollo. Pero a ello falta que se sumen países como Estados Unidos y Japón.

Landwirtschaft, glückliche Kühe, artgemäße Tierzucht
Europa intenta establecer una crianza de animales en armonía con su especie.Imagen: dpa

Desequilibrio estructural

En el fondo sigue habiendo un desequilibrio estructural. Pese a la propaganda publicitaria que reza "todos se verán beneficiados", tan sólo la situación en 56 países africanos, cuya participación en el comercio mundial es menor a un 2.6%, muestra la contradicción con la realidad. Analistas señalan que incluso aquellos países que acusan progresos gracias a los acuerdos de libre comercio, sus estadísticas esconden fatales efectos secundarios como son el aumento del desempleo, daños al medio ambiente, empeoramiento de los derechos humanos y de las condiciones de vida de los pequeños agricultores, que en muchos países del sur del hemisferio conforman todavía la mayoría de la población. Su empobrecimiento pone en peligro el abastecimiento de productos agrícolas para la población local.

El G-20, el grupo de países emergentes encabezados por Brasil, Sudáfrica, China y la India no se ha dejado dividir pese a las presiones de Washington y Bruselas. Lo que está en juego es qué sacrifica quién. Por ejemplo, Estados Unidos y la Unión Europea debieran ceder la producción de azúcar, algodón, leche y carne de res a otros países cuyos costos de producción son menores. A cambio los países ricos esperan una apertura en dichos mercados a sus productos industrializados y servicios, lo que pone en peligro todo desarrollo industrial de dichas naciones, que se oponen con razón.

Futura cooperación

Kampf gegen Bodenerosion in Kenia
En países como Kenia, la erosión de la tierra pone en peligro a la población local.Imagen: Das Fotoarchiv

El peligro es que las negociaciones de la OMC fracasen por completo, dando paso a la práctica estadounidense que privilegia los acuerdos bilaterales a las negociaciones multilaterales. Sería el final de la visión que impulsó el nacimiento de la OMC, según la cual países pobres y ricos, grandes y pequeños tendrían igualdad de derechos, una organización ejemplar en la cooperación internacional.