Otra escapada de Berlusconi
7 de noviembre de 2003
Le Figaro, de París, comenta: "Fueron verdaderos himnos de alabanza los que el presidente del Consejo de la Unión Europea, Silvio Berlusconi, derramó sobre el ruso Vladimir Putin. Él transformó la conferencia de prensa con que concluyó la cumbre de la UE y Rusia en un 'happening' tan surrealista como sorprendente. Mientras Rusia evoluciona, paso a paso, hacia un sistema autoritario, y el empresario Michail Chodorkovski es lanzado a la cárcel, mediante un proceso que adolece de varios vicios legales, el primer ministro italiano describe a Rusia como un bastión de la democracia, con un esplendoroso futuro. Con grandilocuencia refutó las críticas de la prensa internacional, calificándolo todo de 'leyendas'. Ello fue tan exagerado y chocante que hasta el propio Putin pareció sorprenderse de tener semejante defensor.
Visión distorsionada
En Alemania, el periódico Neue Ruhr/Neue Rhein Zeitung, de Essen, hace notar por su parte que "cerca de 100 mil civiles inocentes han muerto hasta ahora en la lucha contra el terrorismo que libra en Chechenia el presidente ruso, Vladimir Putin. En tanto, en su combate contra la corrupción, no comienza por quienes la originan -la burocracia hipertrofiada y mal pagada- sino por las víctimas: empresas orientadas hacia el mercado que, en el fondo, deberían ser sus aliados naturales para combatir el problema. Un contexto que también los gobernantes de la UE podrían haber vislumbrado. Si hubieran querido. Máxime teniendo en cuenta que ya antes del caso Yukos el presidente Putin había intentado recurrir a excusas semejantes para justificar sus ataques contra aquellos 'oligarcas' que financiaban medios de comunicación críticos. No obstante, el suministro de combustible a precios estables y la política exterior pro-occidental de Moscú parecen distorsionar la mirada hacia los graves déficits de la democracia rusa..."
Incidente sin precedentes
Por último, La Repubblica, de Roma, considera que Berlusconi traicionó el mandato de la Unión Europea. "Al defender con toda vehemencia el proceder de los rusos en Chechenia y declararse aval de Putin en el caso Yukos, Silvio Berlusconi causó más daño que con un par de pasos diplomáticos en falso. El presidente de turno del Consejo de la UE provocó un incidente diplomático e institucional sin precedentes, por cuanto traicionó de manera crasa el mandato que le fue confiado por los otros gobiernos de la Unión Europea. En la no siempre afortunada historia de la política exterior comunitaria, jamás había ocurrido que un estadista, que habla en nombre de la Unión, defendiera posiciones completamente contrapuestas a lo que previamente se había acordado en conjunto".