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Capital Europea 2017: Pafos, como el fénix de las cenizas

Heike Mund
2 de enero de 2017

Una de las Capitales Europeas de la Cultura 2017, Pafos, ofrece dos peculiaridades: el buen clima y el presupuesto más bajo de la historia. El ambiente modesto de esta ciudad costera forma parte de su exitoso concepto.

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Reisen 2017 - Pasphos
Imagen: picture-alliance/robertharding/J. Miller

Desde hace semanas, el casco antiguo de Pafos está en obras. Incluso los peatones tienen problemas para poder caminar por las laberínticas calles obstaculizadas por barreras. “A principios de enero habremos finalizado la zona peatonal”, dice con optimismo el jefe de la empresa de construcción. En Pafos andan justos de tiempo y dinero.

Cuando hace años, esta ciudad costera obtuvo el título de Capital Cultural de Europa junto a la danesa Aarhus, el presupuesto tenía mejor pinta. Pero después, la crisis económica azotó a Chipre, y el ayuntamiento de Pafos tuvo que dejar aparcados la cultura y su desmoronado casco antiguo, para concentrarse en el paseo marítimo, muy popular entre rusos y chinos. Además, los patrocinadores dieron marcha atrás y solo se disponía de 8,5 millones de euros de presupuesto, es decir, un tercio de los gastos estimados. Se trata del presupuesto más bajo de la historia de las capitales culturales europeas.

Mezquita en Moutolous, Pafos.
Mezquita en Moutolous, Pafos.Imagen: DW

Cultura mediterránea al aire libre
"Pafos no tenía en realidad ninguna posibilidad, pero nuestro concepto, nacido de la necesidad, convenció”, dice enérgicamente Georgia Doetzer, la coordinadora cultural de la capital europea chipriota. Al fin y al cabo, Pafos cuenta con dos ventajas: sus patrimonios arqueológicos y el clima. Según la mitología griega, la diosa del amor, Afrodita, nació aquí. Además las temperaturas son cálidas durante todo el año. El concepto se denomina “Open Air Factory” o “Fábrica al Aire Libre” y ganó el premio Melina Mercouri, dotado de un millón de euros, lo que supuso un verdadero respiro económico.
"Queremos abrir al público los recintos arqueológicos, las antiguas villas, el anfiteatro. La cultura acudirá a la gente”, explica Doetzer. La mayoría de los actos tendrán lugar al aire libre: mediterráneo, al aire libre, rustical. Todo un panorama tentador, teniendo en cuenta los quince grados de temperatura media en enero. La coordinadora se alegra de la visita de la Filarmónica de Berlín, que actuará en mayo en el paseo marítimo, con la fortaleza militar de fondo.
Los organizadores de los eventos quieren "construir puentes“ que atraigan a los visitantes extranjeros, pero también a los chipriotas del norte de esta isla dividida. En el programa cultural también se resalta la historia, como el golpe de Estado de 1974 y las consecuencias de la posterior intervención militar turca. Hasta la actualidad, la situación política entre el norte turco y el sur griego sigue siendo una herida abierta. 

Anfiteatro de Pafos.
Anfiteatro de Pafos.Imagen: Foto Larko

Más vida cultural en Pafos

"Cuando viajo a la parte turca, nunca digo nada a mis amigos griegos“, comenta la alemana Ute Georgiades. El tema es todavía delicado. Le parece bien que se tematice en los eventos de la capital cultural. Esta ágil mujer de 76 años, vive desde hace décadas en Pafos y se siente como una ciudadana más. Por eso no dudó en apoyar a la ciudad como voluntaria. Más de 400 personas, sobre todo jóvenes, colaborarán de manera honorífica en la isla, desde bomberos hasta asesores culturales. Está sorprendida del gran entusiasmo que se respira en la ciudad. Doetzer no solo espera que muchos turistas visiten la ciudad, sino que además Pafos pueda en el futuro seguir sacando provecho de las actividades culturales.

Así lo espera también Charalamos Margaritis, uno de los artistas más populares del lugar. “Pafos era hasta ahora un desierto cultural, solo existía cine comercial, sin teatro, sin sala de conciertos. Teníamos que ir a Nikosia o Larnaca para ver algo”, comenta. Antes teníamos que exponer nuestras obras en los hoteles, ahora por lo menos ya hay dos galerías de arte.
Este artista de 30 años de edad, que estudió en París, opina que en Pafos “se pueden dar nuevos impulsos con todo lo que se haga”. Con otros artistas, gestiona la única escuela de arte privada “Kimono”. En el marco de los eventos de la capital cultural, llevará a cabo dos proyectos, entre otras cosas, un festival de animación con talleres. Espera que tras 2017 pueda haber acceso gratuito a redes WiFi y vida cultural en Pafos.