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Peligra el consenso entre gobernantes y el pueblo en China

Dang Yuan
29 de mayo de 2020

En el Congreso Nacional del Pueblo, el gobierno chino subrayó su apoyo a la reforma. Sin embargo, Dang Yuan, de DW, cree que el Partido Comunista necesita una nueva legitimidad si la economía ya no crece como antes.

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China Nationaler Volkskongress | Abstimmung Sicherheitsgesetz Hongkong
Imagen: Reuters/C.G. Rawlins

En solo 30 minutos se acabaron las votaciones en el Gran Salón del Pueblo. Durante ese tiempo, el supuesto parlamento aprobó importantes leyes y proyectos de ley con una mayoría abrumadora. Por ejemplo, un nuevo Código Civil, que entrará en vigor el 1 de enero de 2021, y el mandato de una nueva ley de seguridad para Hong Kong. La moción de Hong Kong fue aprobada por 2878 votos a favor, uno en contra y seis abstenciones, a pesar de que 36 delegados de Hong Kong participaron en la votación.

El Partido Comunista Chino interpreta esos resultados como una señal de amplio apoyo popular. Deja claro al mundo una vez más que el presunto organismo de control es sólo un maniquí. Los temas controvertidos no se debaten en este pleno, y no se toleran las críticas y las opiniones contrarias. En cambio, hubo un aplauso inusualmente largo, de 22 segundos, cuando se aprobó la propuesta de Hong Kong.

El consenso social podría colapsar

Por primera vez desde 1990, el Primer Ministro Li Keqiang no mencionó un objetivo de crecimiento. Hasta ahora, el continuo y elevado crecimiento económico ha sido la legitimación del régimen único del partido comunista. El consenso social entre los gobernantes y el pueblo es que, mientras el pueblo siga siendo más próspero, las demandas de democracia pasarán a un segundo plano.

Pero ahora China está creciendo más lentamente. El propio gobierno habla de "presión descendente". Las razones son complejas, y la crisis del coronavirus es solo una de ellas. La falta de poder de innovación, las desventajas para las empresas privadas y la falta de demanda interna constituyen una mezcla peligrosa para la economía de China.

El latiguillo "salvaguardar los empleos" fue mencionado 39 veces como objetivo en el informe de la dirección del Partido Comunista de China (PCC). No obstante, el Primer Ministro Li propagó el optimismo en la conferencia de prensa de clausura y prometió un crecimiento "moderado" para el año en curso, a pesar del virus.

La relevancia global de las decisiones de Beijing

No obstante, el Congreso Nacional del Pueblo es un acontecimiento de importancia mundial, ya que China está muy integrada en la economía mundial. La crisis del coronavirus ha demostrado que las cadenas de valor y de suministro mundiales no son seguras si China no puede producir y exportar como de costumbre. Además, el enorme mercado chino tiene una importancia crucial para el éxito de las grandes y medianas empresas extranjeras, especialmente en países orientados a la exportación, como Alemania. Volkswagen, por ejemplo, el mayor fabricante de automóviles del mundo, vendió casi 11 millones de vehículos en 2019, 4,2 millones a China.

Así que, si China se tambalea, el mundo tiene un problema. Gracias a la globalización, la prosperidad de Alemania también depende del Reino del Medio. El Congreso Nacional Popular, en el que el Primer Ministro Li Keqiang se presenta ante la prensa internacional una vez al año, es una oportunidad para captar las características del camino de China hacia el futuro, y acompañarlo críticamente.

Fomentando el nacionalismo

Como siempre, el Congreso Nacional del Pueblo se está vendiendo al pueblo chino como un gran éxito, aunque las medidas anunciadas para reactivar la economía no fueron realmente convincentes y, además, muy vagas. A pesar del aplazamiento de la sesión plenaria debido a la pandemia, los dirigentes del Estado trataron de demostrar normalidad para sofocar cualquier duda sobre posibles errores y debilidades en el liderazgo.

Flanqueado por la dura intervención en el estatuto de autonomía de Hong Kong y la disputa con EE. UU. sobre el origen del coronavirus, el PCC está alimentando el nacionalismo. De esa manera, quieren enviar al pueblo chino el mensaje de que, incluso en tiempos de crisis, un fuerte liderazgo del partido es el camino correcto. Además, la caótica gestión de la crisis de su rival, EE. UU. En el año de las elecciones presidenciales, proporciona diariamente oportunidades para que el PCC puede afirmar con orgullo que gobierna mejor.

"Cambio de gobierno" sigue siendo una palabra extranjera

Sin embargo, la estrategia de Beijing es corta de miras. La pandemia pasa, pero los problemas estructurales y sistémicos de la economía china permanecen. Tarde o temprano, Estados Unidos también elegirá un nuevo presidente. A diferencia de China, aún no se sabe qué representante de cuál partido se mudará a la Casa Blanca. Porque "cambio de gobierno" sigue siendo una palabra extranjera para los dirigentes del PCC.

(gg/cp)

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