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Polonia aún no está perdida

Bartosz Dudek
8 de octubre de 2021

Tras la decisión de los máximos jueces polacos, podría surgir la sospecha de que el país quiere abandonar la UE. Pero definitivamente no se llegará a eso, opina Bartosz Dudek.

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Tras varios aplazamientos, el Tribunal Constitucional polaco ha dado finalmente su veredicto.
Tras varios aplazamientos, el Tribunal Constitucional polaco ha dado finalmente su veredicto.Imagen: NurPhoto/picture alliance

La sentencia del Tribunal Constitucional polaco es un disgusto para todos los partidarios de una Unión Europea cada vez más integrada. Los jueces polacos han puesto límite a la jurisdicción del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE): según ellos, el TJUE se extralimita en sus competencias cuando se pronuncia sobre las leyes polacas que determinan cómo se nombran los jueces y cómo se organiza el Poder Judicial polaco. Polonia no había concedido al TJUE tales poderes en el actual Tratado de la UE, argumentaron los jueces de Varsovia.

La disputa de competencias entre los tribunales constitucionales nacionales y el TJUE no es nueva. De hecho, en la UE existen dos interpretaciones, como nos recordaba el expresidente del Tribunal Constitucional alemán Andreas Vosskuhle, en una reciente entrevista: el TJUE y la Comisión de la UE parten de la base de que la primacía del derecho europeo sobre el nacional en la UE es absoluta. En consecuencia, el TJUE siempre tiene la última palabra.

¿Quién es cocinero, quién es camarero?

La segunda interpretación, sostenida por muchos tribunales constitucionales de los Estados miembros de la UE, parte de la base de que los Estados miembros solo han delegado en las instituciones europeas ciertas competencias claramente definidas. Por decirlo de manera informal: es una disputa sin solución sobre quién es el cocinero y quién es el camarero aquí. Incluso el Tribunal Constitucional Federal alemán, considerado extremadamente pro europeo, ya ha puesto al TJUE en su sitio en varias ocasiones, la última en mayo de 2020, en una sentencia sobre la venta de bonos por parte del Banco Central Europeo.

Bartosz Dudek dirige la redacción polaca de DW.
Bartosz Dudek dirige la redacción polaca de DW.

El problema central de todo esto: la Unión Europea no es un Estado federal. El intento de adoptar una Constitución europea en este sentido fracasó en 2005 debido a los referendos celebrados en Francia y los Países Bajos. A pesar de todo el entusiasmo por la idea de una Europa federal cada vez más unida: como demócrata, hay que aceptar esta decisión de 2005. Al igual que el hecho de que la actual Unión Europea es un edificio incompleto construido a base de concesiones.

Sin embargo, también es cierto que la decisión del Tribunal Constitucional polaco es un salvoconducto para que el gobierno nacional-conservador de Varsovia siga adelante con el desmantelamiento del Estado de Derecho y del Poder Judicial independiente. Como puede verse, el intento de detener este proceso por medios legales ha fracasado. Este problema solo puede resolverse políticamente.

La "victoria del soberanismo" como táctica de distracción

El bando nacional-conservador gobernante en Polonia celebra la sentencia como una "victoria de la soberanía". Esa retórica sirve al núcleo duro de su electorado. La experiencia enseña que esto puede ser una táctica de distracción. Porque es difícil imaginar que Varsovia quiera prescindir pronto de los miles de millones de euros que llegan desde Bruselas. Parece más probable que al menos una parte de la controvertida reforma judicial se retire pronto. La sentencia de Varsovia ayuda al Primer Ministro Mateusz Morawiecki, tachado de "pelele" en su propio bando, a salvar la cara en el ámbito interno y, al mismo tiempo, a forjar compromisos con Bruselas en política exterior. Dinero a cambio el Estado de Derecho será el lema. Habrá que negociar. Polonia aún no está perdida para Europa.

(gg)