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¿Por qué Argentina necesita más ayuda para pagar su deuda?

Nik Martin
12 de mayo de 2021

Argentina ya estaba entrando en su segundo default en 20 años cuando llegó la pandemia del coronavirus. El presidente, Alberto Fernández, está en Europa buscando apoyo para diferir el pago de la deuda soberana.

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Währungskrise in Argentinien Argentinische Pesos
Imagen: AFP/J. Mabromata

La economía argentina se hundió un 9,9% en 2020. Como muchos otros países latinoamericanos, Argentina fue golpeada por la pandemia de COVID-19. Con la diferencia de que el país sudamericano ya estaba luchando con una deuda externa de un total de 323.000 millones de dólares (unos 266.000 millones de euros).

En mayo de 2020, tres meses después de que surgiera la pandemia, Argentina entró en incumplimiento de pago por segunda vez en dos décadas al no poder reembolsar intereses de deuda a los acreedores privados. La default era el noveno desde la independencia del país de España, en 1816.

Un año más tarde, el presidente, Alberto Fernández, está de gira por Europa, intentando negociar otra reestructuración del acuerdo hecho en 2018 por el gobierno anterior de Mauricio Macri con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Fernández voló a Lisboa esta semana en busca de apoyo europeo. España y Portugal ya aseguraron su respaldo al presidente argentino, quien se reunió este miércoles (12.05.2021) con el presidente francés, Emmanuel Macron, y con el primer ministro italiano, Mario Draghi.

El presidente argentino, Alberto Fernández, con el presidente español, Pedro Sánchez, en Madrid. (12.05.2021).
El presidente argentino, Alberto Fernández, con el presidente español, Pedro Sánchez, en Madrid. (12.05.2021).Imagen: Gabriel Bouys/AFP/Getty Images

¿Qué es lo que no funciona con el plan de pago actual?

Argentina debe comenzar a pagar los 44.000 millones de dólares recibidos del préstamo del FMI este año, pero en marzo Fernández dijo que la deuda era una carga demasiado pesada para el país. En 2021, Argentina debe pagar 3.500 millones de dólares; otros 18.000 millones en 2022, y 19.000 millones en 2023.

El presidente argentino intenta postergar pagos hasta dentro de cuatro años, cuando se espera que la economía de Argentina esté en mejores condiciones. Fernández también quiere que el FMI corte los recargos que se aplican para acelerar el reembolso.

"El tema no es no pagar, sino que podamos obtener un acuerdo que nos permita sostener el plan económico que tenemos, de desarrollo y crecimiento, y sin olvidar a ese 40% de la población que está por debajo de la pobreza", dijo en marzo al canal C5N.

El país también necesita reembolsar un préstamo de 2.800 millones de dólares al Club de París, organismo de países acreedores que brindan soluciones sostenibles a los países deudores. El Club de París ha solicitado que el gobierno de Buenos Aires primero llegue a un acuerdo con el FMI antes de considerar su propia reestructuración de la deuda.

Infografik Staatsschulden BNP Argentinien ES

¿No se resolvió la reestructuración de deuda el año pasado?

En septiembre del año pasado, la tercera economía de América Latina reestructuró una deuda adicional de 65.000 millones de dólares con acreedores privados, no con el FMI. El gobierno había estado negociando con un grupo de grandes firmas de inversión estadounidenses, encabezadas por BlackRock.

Los inversores acordaron retirar sus bonos morosos a cambio de nuevos bonos, los cuales se reembolsarán a menos de 55 centavos de cada dólar del valor original, una pérdida significativa.

El acuerdo fue importante porque significó que el país no quedara excluido de los mercados crediticios internacionales. También evitó el enorme daño a la reputación que significaría un default completo y de final abierto.

El gobierno argentino dijo que la reestructuración reduciría los pagos de intereses de los bonos del 7% al 3% y brindaría un alivio financiero por valor de 37.700 millones de dólares durante los próximos 10 años.

Pero mientras el gobierno insiste en que los nuevos términos garantizarán que se pueda pagar la deuda, algunos analistas piensan que para 2024 Argentina habrá incumplido por décima vez.

¿Por qué Argentina no puede pagar sus deudas?

Los sucesivos gobiernos, comenzando con el de Juan Domingo Perón en las décadas de 1940 y 1950, han cargado a Argentina con enormes deudas inmanejables.

Algunos de los problemas actuales se remontan a la crisis económica de 1998-2001, en la que el país no pudo pagar 100.000 millones de dólares en deuda, el mayor default de la historia en ese momento.

En 2005 y 2010 ofreció a los tenedores de la deuda incumplida nuevos bonos por valor de 35 centavos por cada dólar adeudado. Cuando el 7% de sus acreedores, en su mayoría fondos de cobertura, se negaron a aceptar el trato, el gobierno volvió a incumplir en 2014, y llegaría a un acuerdo dos años después, en 2016.

Economía argentina, en profunda recesión

La economía argentina se encuentra en una profunda recesión desde 2018. Según FocusEconomics, la tasa de desempleo del país llegó a un 10,4% en 2020, y la inflación se estima actualmente en un 48%, lo que sigue erosionando el valor del peso.

Fernández prometió en las elecciones de 2019 sacar al país de la recesión y solucionar la deuda y las crisis monetarias que han destruido los ahorros y el poder adquisitivo de los ciudadanos.

Pero la pandemia aún continúa y el gasto estatal destinado a saldar deudas reestructuradas se está usando cada vez más para luchar contra la emergencia sanitaria.

La pobreza en Argentina ha aumentado en más de un tercio, y más de 10 millones de los 45 millones de habitantes del país necesitan asistencia alimentaria, en comparación con los 8 millones que la requerían antes de la pandemia.

Si bien el gobierno tiene acceso nuevamente a los mercados de capitales para obtener nuevos préstamos, no puede pedir dinero a tasas de interés bajas.

En lugar de eso, el gobierno ha tenido que recurrir a impuestos sobre el patrimonio de los más pudientes, y a otros gravámenes, para generar los tan urgentemente necesarios ingresos. Por ejemplo, los argentinos que utilizan su tarjeta de crédito en el extranjero pagan un impuesto solidario del 30%.

Mientras tanto, las empresas se enfrentan a controles de precios por parte del Estado que, según dicen, no pueden permitirse.

(cp/ers)