1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

Precios locos

Pablo Kummetz11 de septiembre de 2008

Los comentaristas se preguntan hoy, entre otras cosas, por qué el precio de la gasolina no baja a pesar de que el petróleo cuesta menos.

https://p.dw.com/p/FG3O
¿Por qué no baja el precio de la gasolina?Imagen: dpa

Regulador del mercado

"Libération", París: "Cuando se trata de justificar las consecuencias del aumento del precio del petróleo para el de la gasolina, las empresas petroleras se muestran muy profesionales. Pero cuando hay que aclarar por qué el precio de la gasolina no baja a pesar de que el petróleo cuesta menos, reina la confusión. Ello demuestra una vez más que las ansias de ganancias no se detienen ante nada. Sería falso echárselo en cara a las empresas, porque ése es su objetivo. Pero sí debemos exigir una explicación al Estado, que tiene funciones de regulador del mercado."

Ultranacionalistas rusos

"Corriere della Sera", Milán: "Ampliar la OTAN más en dirección a las fronteras occidentales de Rusia conlleva el peligro de provocar una amargada reacción del orgullo nacional ruso. No se trata del neonacionalismo de Vladímir Putin o de una oligarquía militar, sino de un sentimiento nacional profundamente arraigado desde hace siglos entre la población rusa. A Occidente, ello le plantea un complejo dilema. Si la OTAN no avanza con la ampliación, ello no va a calmar a los nacionalistas rusos, frustrados por las transformaciones históricas, que han acabado con el tradicional poder de Moscú. Por otra parte, un recato de Occidente en esa cuestión podría alentar aún más a los ultranacionalistas rusos."

Posición ambivalente

"La Croix", París: "El terrorismo plantea grandes problemas a la democracia. Para garantizar la seguridad y recabar información que puede evitar dramas, los Estados traspasan a veces los límites de la legalidad, pisotean las libertades civiles y ponen a un costado la suposición de inocencia. Faltan pruebas. La verdadera culpa de los acusados es difícil de probar. (…) ¿Es necesario cambiar de estrategia? ¿Bajar la guardia? Si nuevos atentados se abaten sobre el país, la Policía, los servicios secretos y el gobierno van a ser responsabilizados de no haber visto venir el peligro. La opinión pública tiene una posición ambivalente al respecto, que oscila entre el legítimo deseo de seguridad y el rechazo a ciertos medios utilizados para garantizar esa seguridad.

Seguros en el poder

"Der Standard", Viena: "¿Qué consecuencias políticas internas y externas tendría un cambio de poder en Pyongyang, Corea del Norte? Todo análisis sólo puede ser especulativo. No obstante: hasta tanto Kim Jong-il no aparezca por algún lado, la comunidad internacional de Estados debe permanecer atenta. (…) El estado crítico de sus súbditos puede ablandar a los cuadros políticos del país, pero simultáneamente los poderosos se sienten seguros en el poder. Aun cuando suene cínico, un pueblo hambreado no tiene la energía para alzarse contra el gobierno. Da lo mismo que el "amado líder" retome las riendas en Pyongyang o no.