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¿Qué rumbo tomará China con Xi Jinping?

Matthias Hein/ Cristina Papaleo4 de marzo de 2013

Xi Jinping es jefe del Partido Comunista chino desde noviembre de 2012, y ahora también será elegido jefe de Estado. ¿Qué rumbo tomará China con Xi Jinping como presidente?

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Imagen: dapd

Como todos los años, en marzo se reúne el Congreso Nacional chino. Pero esta vez, a los casi 3.000 delegados les espera una tarea muy especial: sellar el traspaso de poder en la cúpula del país. Xi Jinping, que ya fue elegido por el Comité Central como nuevo secretario general del Partido Comunista durante el XVIII Congreso del partido, en noviembre de 2012, también será designado ahora jefe de Estado por el Parlamento chino. Y los delegados darán su visto bueno, asimismo, al Consejo de Estado, es decir, al conjunto de quienes conforman el Gobierno de la República Popular China.

Decisiones a puertas cerradas

Una de las características del sistema político chino es que el candidato al cargo de presidente no necesita llevar a cabo una campaña electoral, ya que no es elegido por el pueblo, sino por los delegados del Congreso del partido. El Partido Comunista chino toma las decisiones a puertas cerradas, por lo cual Xi, de 59 años, no tuvo que explicar a la opinión pública cuáles son sus objetivos políticos ni su posición con respecto a los diversos problemas a los que se enfrenta China. Xi Jinping ya fue elegido vicepresidente del Partido Comunista chino en 2008, pero de él no se sabe demasiado.

Xi Jinping será elegido como jefe de Estado en el Congreso Nacional.
Xi Jinping será elegido como jefe de Estado en el Congreso Nacional.Imagen: picture-alliance/dpa

Política de simbolismos

Incluso a los expertos, como el sinólogo Günter Schubert, de Tübingen, les resulta difícil analizar el rumbo que tomará el nuevo jefe de Estado y del Partido Comunista chino. “Xi Jinping trató, en varios discursos públicos, de insinuar que China necesita un nuevo programa de reformas, especialmente en el área económica. Pero todo eso quedó en un nivel simbólico, y no se han producido medidas concretas al respecto”, explicó Schubert a DW.

Hubo, además, otras señales. Xi dio prioridad, por ejemplo, a la lucha contra la corrupción. En los últimos tres meses, varias decenas de funcionarios de alto rango perdieron por eso sus cargos. Pero tales campañas también se realizaron durante el último Gobierno, y la retórica es la misma. Xi intenta dar una imagen de humildad al declararse en contra del despilfarro en los banquetes oficiales, tocando así a sabiendas un aspecto que provoca el enojo de la población. Para subrayar su posición, se hizo filmar mientras tomaba sus alimentos del simple buffet de un hotel. “Quiere volver a un tiempo en el que los miembros del Partido Comunista todavía actuaban de acuerdo con sus ideales”, señaló Christian Göbel, experto en China de Heidelberg, a DW.

Hu Jintao, todavía presidente, entregará todos sus cargos a su sucesor.
Hu Jintao, todavía presidente, entregará todos sus cargos a su sucesor.Imagen: REUTERS

Cercanía a las FF. AA.

El hecho de que Xi Jinping busque acercarse al aparato militar chino indica que su orientación es más bien conservadora, opina Göbel. El ejército chino no está supeditado al Estado sino al Partido Comunista. Xi Jinping es, como jefe de la Comisión Militar, también el máximo jefe de las Fuerzas Armadas, y se ocupó sistemáticamente de consolidar su poder en las diferentes armas y en los diversos puntos militares estratégicos del país.

Primer destino: Moscú

La capital rusa será el primer destino de viaje del nuevo jefe de Estado chino. Para Günter Schubert, la importancia de Rusia para China radica, sobre todo, en el abastecimiento energético. “También existe, por supuesto, una cooperación estratégica como contrapeso a Occidente, que siempre se pone de relieve”, dice el experto.

Xi Jinping observa la colocación de una ofrenda floral a la estatua de Deng Xiaoping. (Diciembre de 2012).
Xi Jinping observa la colocación de una ofrenda floral a la estatua de Deng Xiaoping. (Diciembre de 2012).Imagen: Reuters

Xi Jinping se diferencia de su antecesor, Hu Jintao, por su carácter menos rígido y por una mayor seguridad en sí mismo. Pero eso no lo convierte automáticamente en un reformador, subraya Christian Göbel: “Si alguien como Xi Jinping –y eso vale para todos los líderes y para todos los miembros del Politburó- pudo llegar tan alto, es porque ha recorrido un camino de grandes esfuerzos. Eso demuestra que logró adaptarse muy bien al sistema, que conoce sus reglas y sabe cómo sobrevivir dentro de él”. Es por eso que, según Göbel, no se debería esperar un cambio de rumbo demasiado importante. Y Günter Schubert coincide: “Habrá que esperar para ver en qué medida es posible que Xi Jinping se desvíe realmente de la ruta que recorrió Hu Jintao a lo largo de diez años”.

Autor: Matthias Hein/ Cristina Papaleo

Editora: Emilia Rojas-Sasse