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¿Qué peligro emana de “terroristas de cosecha propia”?- Causas y trasfondo

7 de julio de 2010

Los terroristas islámicos ya no vienen sólo del extranjero, sino cada vez más se radicalizan en Alemania. Expertos hablan del "Homegrown Terrorism".

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En una mezquita de Hamburga se detuvo recientemente a un presunto islamista, proveniente de Pakistán.Imagen: picture-alliance/dpa

Planearon los mayores ataques en la historia de la República Federal Alemana y recibieron condenas de hasta 12 años de prisión por ello. Se trata de los integrantes del así llamado Grupo de Sauerland. Expertos denominan esta nueva forma de terrorismo islamista "Homegrown Terrorism" - el terrorismo, por decirlo así, de nuestra propia cría. Porque estos islamistas se criaron en condiciones burguesas alemanas y sin embargo se convirtieron en "ángeles de la muerte en nombre del Islam". Se considera particularmente peligrosos a aquellos terroristas que se sienten en casa tanto en un medio alemán como dentro de una cultura extranjera.

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Islamistas en una manifestación en Düsseldorf, en 2000.Imagen: AP

Cuando hace cinco años las autoridades alemanas de seguridad analizaban la amenaza que representan los terroristas islámicas dentro del país, entonces se trataba sobre todo de extranjeros venidos de la región árabe o magrebí. Se hablaba entonces de estudiantes de intercambio en universidades alemanas o demandantes de asilo y de su respectivo potencial de radicalización. Casi nadie pensó en los jóvenes turcos en la segunda o tercera generación - y mucho menos en jóvenes alemanes de origen extranjero o incluso en alemanes convertidos al Islam. Esto cambió de golpe con los atentados del 7/7 (7 de julio de 2005): los victimarios de "cosecha propia" de Londres advirtieron a la policía alemana sobre un fenómeno supuestamente nuevo. Sólo unos meses más tarde los investigadores alemanes constataron que también en algunos círculos de inmigrantes en Alemania se vivía una atmósfera muy explosiva.

Cada vez más personas encajaban en la imagen de los terroristas "Homegrown": hombres jóvenes, que no se habían radicalizado ni en lejanos campos de refugiados, ni a través de predicadores a distancia y venido recién después a Alemania. Se trataba de hombres - algunos más, otros menos integrados –que habían pasado su escolaridad y juventud en Alemania o eran alemanes convertidos al Islam.

El ejemplo más conocido: Eric Breininger

Se dice que Breininger fue asesinado a principios de mayo de 2010. Hasta entonces su imagen y su mensaje amenazante circulaban una y otra vez por los medios alemanes: el alemán converso se había unido a la "Unión Jihad Islámica" UJI. Después de su muerte fue encontrada una especie de autobiografía, que debe ser auténtica, pero al parecer no fue escrita sólo por él. Allí Breininger habla de su camino a la Yihad y relata que las imágenes de la opresión de los musulmanes por "infieles" en Occidente, especialmente por parte de los norteamericanos, fueron lo que lo que impulsó a emprender este camino.

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El alemán converso Eric Breininger amenaza en un mensaje de video con cometer atentados contra Alemania.Imagen: picture-alliance/dpa

Cita de la autobiografía de Breininger:
"Yo sabía entonces que tenía que hacer algo rápidamente para detener esta cruzada contra nuestros hermanos y hermanas. Cada musulmán debería trabajar para garantizar que se viva según las leyes de Alá y para construir un nuevo Estado islámico. Pero, al parecer, la mayoría está satisfecha viviendo en un país de kufr (irreligión). "

Investigadores hablan de un cambio de paradigma

Al igual que Breininger hay muchos en la escena islamista, dicen los investigadores. Un desarrollo que empezó lentamente después del 11 de Septiembre de 2001 y de la "guerra contra el terror" y luego, alrededor de 2005, se aceleró. De pronto no eran sólo los extranjeros, como Yousef Mohammed El Hajdib y Hamad Jihad, que querían cometer un atentado en el verano de 2006, justo antes de la Copa Mundial en Alemania - sin conocer prácticamente la sociedad alemana.

También aparecieron Fritz, Daniel, y Atilla Adem del llamado "Grupo de Sauerland": cuatro jóvenes, todos con profundas conexiones con Alemania. Por ejemplo, un "hijo de buena familia," la madre: una respetada médica jefe de hospital, el padre: un mediano empresario, o un hijo de turcos bien integrado. Y sin embargo, a ambos los unía el deseo de ir a la guerra santa y la disposición a morir por Alá. Para los investigadores esto representa un cambio de paradigma.

Prevenir naturalización de otros islamistas criminales

Hoy, cinco años después de los atentados de Londres, los investigadores alemanes se ocupan diariamente de "terroristas locales". De 30 a 40 de ellos están actualmente en el trayecto entre Alemania y el foco principal del yihadismo, la zona fronteriza entre Pakistán y Afganistán. Algunos están llenos de energía y quieren traer a sus mujeres e hijos, otros regresan a Alemania y ocupan aquí a las autoridades de investigación. Pero todas las referencias alemanas son comunes – sin importar si ya tienen un pasaporte alemán o intentan aún obtener la naturalización.

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Los integrantes del "Grupo Sauerland": Daniel Schneider, Atilla Selek, Fritz Gelowicz y Adem Yilmaz.Imagen: AP

El objetivo de los organismos gubernamentales es, ya que no pueden impedir la radicalización de los jóvenes en Alemania, al menos lograr su expulsión. Atilla Selek, del “Grupo Sauerland”, está viviendo esto en carne propia. Fue condenado en 2007 a 5 años de prisión por intentar atacar instituciones estadounidenses en Alemania. Ahora se está intentando anular su naturalización, para que luego pueda ser deportado a Turquía. Su "hermano" Adem Yilmaz podría ser deportado ya ahora – su solicitud de naturalización no ha sido procesada hasta el momento.

Los programas de desradicalización no tienen ningún efecto

Pero los investigadores no creen poder llegar a controlar el problema. Las autoridades de protección constitucional desarrollan actualmente "programas de desradicalización” para ofrecer una salida de la violencia a quienes regresan frustrados de Afganistán, como el sospechoso de terrorismo Rami M. de Hamburgo.

Pero, según conocedores, hasta ahora este tipo de programas, que incluyen un servicio de asistencia telefónica anónima y en varios idiomas, así como la posibilidad de discutir y distintas ofertas educativas, no han dado ningún resultado.

Autor: Holger Schmidt / Valeria Risi

Editora: Emilia Rojas-Sasse