Reelección en Georgia
7 de enero de 2008
Luxemburger Wort, de Luxemburgo: “El presidente georgiano, Saakashvili, recibió una clara advertencia, pero fue confirmado en su cargo por mayoría absoluta. Las acusaciones de fraude electoral se produjeron de inmediato. De acuerdo con los observadores internacionales, hubo irregularidades, pero no de dimensiones tales que pudieran influir sustancialmente en el desenlace de los comicios. Pese a las decepciones, para la mayoría de los georgianos, Saakashvili sigue siendo el mejor garante de estabilidad y del acercamiento a Occidente. Porque el país busca, de manera ostensible, la conexión política con Occidente, como lo demuestra también la votación no vinculante sostenida paralelamente sobre la adhesión de Georgia en la OTAN, en la que incluso más del 60% se pronunció afirmativamente".
Credibilidad democrática
Süddeutsche Zeitung: “El mayor peligro para Georgia radica en que Saakashvili pueda sacar las conclusiones equivocadas de su triunfo. Él perdió su status de niño modelo en cuanto a democracia a más tardar cuando dictó el estado de excepción en el mes de noviembre. Ahora pudo demostrar que la mayoría de la población sigue apoyándolo. Eso limita el daño, pero no lo repara. Saakashvili sólo podrá recuperar su credibilidad democrática si toma con calma futuras protestas".
Nuevo comienzo
Der Standard, de Viena: “Occidente respaldó con dinero y acuerdos políticos el cambio de rumbo de Georgia tras las primeras ‘revoluciones’ en las ex repúblicas soviéticas. En forma muy similar a lo que ocurre en Ucrania, donde el presidente Yuchenko y la primera ministra Timoshenko volvieron a unirse en una alianza ‘naranja’, también Georgia se encuentra ahora ante un nuevo comienzo”.
Semejanzas con Putin
Neue Zürcher Zeitung, de Zúrich: "En cierto sentido, las maniobras y el estilo de detentar el poder del joven presidente georgiano se asemejan al que Putin practica con éxito en la vecina Rusia. (...) Es cierto que bajo la conducción de Putin Moscú ha seguido una política en parte influenciada por antiguos reflejos colonialistas. Pero, por otra parte, no se puede pasar por alto el hecho de que, hasta ahora, Saakashvili no siempre ha reaccionado con la necesaria astucia política”.