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Peligra acuerdo de asociación UE-Ucrania

Alexander Sawizki / Roman Goncharenko (rml/ers)5 de abril de 2016

El referendo holandés amenaza al acuerdo de asociación entre la UE y Ucrania. Los opositores holandeses lideran los sondeos, mientras activistas ucranianos intentan contrarrestar el impacto de los "Papeles de Panamá".

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Holanda vota este 6 de abril sobre el acuerdo de asociación entre Ucrania y la UE.
Holanda vota este 6 de abril sobre el acuerdo de asociación entre Ucrania y la UE.Imagen: DW/M. Drabok

Ucrania no contaba con este revés. La publicación de los llamados Panama Papers, sobre los negocios “fantasma” de muchos políticos y otras personalidades de todo el mundo, ha salpicado al presidente ucraniano Petro Poroshenko en el momento menos apropiado para su país: Holanda vota este miércoles (6.04.2016), en referendo, sobre el acuerdo de asociación de la Unión Europea (UE) con Ucrania. Según los sondeos, dos tercios de los votantes holandeses se opondría claramente al acuerdo. Pero aún hay muchos indecisos.

La cobertura sobre los "Papeles de Panamá" está influyendo notablemente en el estado de opinión, ha asegurado Serhiy Leshchenko en su perfil de Facebook, a un día del plebiscito. El joven político de Kiev se halla actualmente en Holanda y accede a entrevistas para promover el “sí”; pero “todos los argumentos son vanos” de cara a los "Papeles de Panamá", advierte el diputado, correligionario de Poroshenko.

Ofensiva ucraniana

Los "Papeles de Panamá" han dañado la imagen de Poroshenko y pudieran infuir negativamente en la votación.
Los "Papeles de Panamá" han dañado la imagen de Poroshenko y pudieran infuir negativamente en la votación.Imagen: Reuters/M. Dalder

Como Leshchenko, otros políticos, activistas y personalidades ucranianas viajaron a Holanda y se presentaron en los medios por estos días: el ministro de Exteriores, Pavlo Klimkin, el alcalde de Kiev y excampeón mundial de boxeo Vitali Klichkó y su hermano Vladimir. A fines de marzo, en La Haya, tuvo lugar un foro ucraniano-holandés de inversiones. Pero sobre todo los activistas de la sociedad civil ucraniana se han hecho sentir.

Una iniciativa reunió y publicó en YouTube videomensajes de ucranianos “de a pie“ con argumentos por el “sí”: “Queremos dejar claro, que no se trata solo de un acuerdo económico, sino de la oportunidad de vivir en un país normal, democrático”, dijo uno de los líderes de la iniciativa Ostap Prozyk, de la localidad de Lemberg, en el oeste ucraniano. Unos 40 estudiantes ucranianos viajaron a Holanda en nombre de otra iniciativa, para convencer a la gente en las calles y el transporte público. Pero esta avalancha ha tenido lugar poco antes de la votación, casi como un intento desesperado de conjurar la amenaza en el último minuto.

Camino empedrado hacia una zona de libre comercio

Muchos ucranianos creían haber superado ya los mayores obstáculos hacia este acuerdo de asociación con la UE que prevé, básicamente, la creación de una zona de libre comercio entre Ucrania y el bloque comunitario. Bruselas ya lo había frenado en 2011, motivada por los déficits democráticos ucranianos. Dos años más tarde, el entonces presidente Víktor Yanukóvich congeló el acuerdo, movido por presiones económicas de Rusia. El paso desató protestas en Kiev que derivaron en un cambio de Gobierno. Acto seguido, Kiev y Bruselas intentaron llegar a un acuerdo con Moscú y retrasaron en más de un año la entrada en vigor de las medidas económicas del acuerdo que, desde inicios de 2016, se ha implementado en su totalidad, aunque no ha entrado aún en vigor formalmente.

Todos los estado miembro de la UE ratificaron ya el acuerdo. Y también el Parlamento holandés votó en su favor. Pero dos iniciativas euroescépticas lograron, tras presentar más de 400.000 firmas, forzar un referendo sobre el tema. Lo han maquillado como una votación sobre la política de la UE y afirman, además, que el acuerdo es apenas un primer paso en el camino a una adhesión de Ucrania al bloque. Pero, aunque muchos políticos ucranianos quisieran interpretarlo así, Bruselas lo dejó claro: este no es un paso previo para una membresía plena. El resultado del referendo no es vinculante, pero al Gobierno holandés no le será fácil ignorarlo.

Iniciativas euroescépticas impulsaron el referendo en Holanda.
Iniciativas euroescépticas impulsaron el referendo en Holanda.Imagen: DW/M. Drabok

Daño a la imagen de Ucrania y Holanda

Que el referendo no se trata de Ucrania, es lo que ha sentido, en últimas, Oleksiy Haran, profesor de ciencias políticas de Kiev, durante su participación en diversos foros. También él ha viajado a Holanda para apoyar el “sí”. Los esfuerzos ucranianos han rendido frutos, “la pregunta decisiva es, ahora, si han logrado convencer a la opinión pública holandesa”, dice a DW. “Lo más importante no es el acuerdo de asociación UE-Ucrania, sino una lucha interna de poder en Holanda”, resume.

En caso de una derrota, los expertos temen un enorme daño a la imagen de Ucrania, así como a la de Holanda, que preside actualmente el Consejo Europeo. El futuro del acuerdo, como sea, parece incierto. Un “no” holandés seguiría retrasando, cuando menos, su entrada en vigor y debilitaría las simpatías por Occidente en Ucrania.