1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

Un gimnasio para ejercitarse sin velo

Thomas Klein / Andrés Villegas19 de diciembre de 2012

Las mujeres musulmanas en Colonia cuentan desde hace cinco años con un gimnasio que se ajusta a sus costumbres y creencias religiosas.

https://p.dw.com/p/175gf
Gimnasio Hayat en Colonia, exclusivo para mujeres.
Gimnasio Hayat en Colonia, exclusivo para mujeres.Imagen: Emine Aydemir

"Aquí la pasamos bien y siempre hay algo de qué reírse", dice Nurgül Koruk, de Turquía, mientras se ejercita en la máquina caminadora y conversa con su vecina del lado. A Nurgül siempre le ha gustado ser activa y en su escuela era una de las mejores en clase de deportes. Su hiyab o velo islámico nunca le ha estorbado y sus compañeras de escuela no la conocen sin él.

Pero al terminar la escuela, se acabó para ella la oportunidad de hacer deporte. “Como debo mantener mi cabeza cubierta, no puedo visitar cualquier gimnasio, ya que es muy probable que allí también haya hombres haciendo ejercicio o que los entrenadores sean hombres”, comenta Nurgül. Su única posibilidad de ejercitarse era hacerlo en casa o salir a correr, lo que después de cierto tiempo puede resultar monótono.

Un centro deportivo especial

Por fortuna, Nurgül se enteró de la existencia de un gimnasio para musulmanas en el barrio Bickendorf de Colonia. A este lugar no pueden ingresar hombres y por ello las mujeres musulmanas pueden quitarse sus velos y ejercitarse libremente. Este exclusivo club fue fundado en 2007 por la también turca Emine Aydemir, quien conoce de primera mano los problemas de las mujeres que vienen de su país.

“Durante mi embarazo subí bastante de peso y por ello quise hacer algo por mi figura. Fue entonces cuando me inscribí en un gimnasio cualquiera en el que, a pesar de pasarla bien, no podía entrenar sin mi hiyab, pues el propietario siempre estaba presente; además, podían llegar en cualquier momento el que limpiaba las ventanas o el cartero”, recuerda la propietaria del novedoso gimnasio.

Así fue como le surgió a Emine la idea de abrir un centro deportivo exclusivo para mujeres musulmanas, al cual llamó Hayat, “Vida” en español. En su inauguración, tan solo 100 mujeres estaban inscritas. Hoy su número sobrepasa las 400.

Clientela internacional

“Mis clientas son de muchos países; tengo turcas, árabes, de Polonia y otros países del este de Europa”, cuenta Emine. A su negocio también llegaron mujeres no musulmanas que viven cerca del lugar, atraídas por el precio favorable de la membresía.

Un gimnasio solo para mujeres no es ninguna novedad en Alemania, pero en Hayat rigen además de la prohibición del ingreso de hombres, otras reglas que también son importantes para las musulmanas. “Entre nosotras, la desnudez es algo bastante íntimo. No tenemos duchas conjuntas, sino cabinas”, explica Emine. Y lo mismo sucede en el sauna, a donde se debe entrar siempre con una toalla cubriendo el cuerpo.

Una oferta variada

Las asistentes a Hayat pueden encontrar allí el programa corriente de todos los gimnasios; acondicionamiento, rutinas cardiovasculares, sauna y solárium. A cada una se le diseña un plan de entrenamiento personalizado y para sus hijos también hay un lugar apropiado.

La atmósfera en Hayat también es distinta a la de los demás gimnasios. La música pop turca mezclada con las conversaciones animadas de las mujeres, hacen pensar más en una fiesta que en un entrenamiento sudoroso. “Nos hemos convertido en una pequeña familia”, señala Filiz Masas, joven visitante de Hayat. “Todas nos conocemos, hablamos entre nosotras y hacemos chistes. Además, hacemos deporte."

Autor: Thomas Klein / Andrés Villegas
Editor: Diego Zúñiga

La atmósfera distendida permite a las asistentes sentirse a gusto.
La atmósfera distendida permite a las asistentes sentirse a gusto.Imagen: Emine Aydemir
Emine Aydemir, dueña del gimnasio "Hayat" en Colonia.
Emine Aydemir, dueña del gimnasio "Hayat" en Colonia.Imagen: Emine Aydemir