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Vía libre a la vida silvestre

Wiebke Feuersenger (AR/PK)9 de febrero de 2016

Los masai nómadas, que se han convertido en propietarios de tierras, están vendiendo sus parcelas a inversores, que las convierten en tierras agrícolas. Contratos de alquiler con los masai evitarían esta situación.

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Imagen: Wiebke Feuersenger

Kenia: proteger a los elefantes

Objetivo del proyecto: construir un corredor para elefantes y otros animales salvajes entre el Parque Nacional de Amboseli, en Kenia, y el Kilimanjaro, en Tanzania.

Descripción del Proyecto: en 2013, el Fondo Internacional para el Bienestar de los Animales (IFAW) alquiló 6.500 hectáreas de fincas al grupo Olgulului-Ololarashi, un clan comunitario masai, con el fin de proteger la zona de expansión urbana y conservarla como reserva natural y corredor biológico para la vida silvestre. Al mismo tiempo, el IFAW trabaja con la comunidad masai en un concepto para el uso sostenible de la región, así como para otras fuentes alternativas de ingresos. Para ello, el IFAW financia programas de educación para los niños y forma a los masai como exploradores comunitarios, destinados a proteger la tierra de los cazadores furtivos y a evitar los conflictos entre humanos y animales. A largo plazo se pretenden desarrollar proyectos de turismo ecológico.

Presupuesto del proyecto: 640.000 euros anuales, de los cuales el IFAW aporta hasta 95.200 euros al año en concepto de alquiler a 1.600 propietarios.
Biodiversidad: el Parque Nacional de Amboseli es conocido, sobre todo, por su población de elefantes, que es una de las más investigadas en todo el mundo. Aproximadamente 1.400 elefantes viven en y alrededor del parque. Pero Amboseli también es el hábitat de leones, ñus, cebras, jirafas, antílopes y otros animales salvajes típicos de Kenia.

Texto:
El Parque Nacional de Amboseli, en el sur de Kenia, es un paraíso para los elefantes. Relativamente protegidos de los cazadores furtivos, desde hace siglos estos mamíferos realizan la misma ruta todos los días. Por las noches se dirigen hacia las fuentes de agua del Kilimanjaro, mientras que a la mañana siguiente regresan al parque. Sin embargo, la reforma agraria amenaza con destruir este paraíso. Los masai nómadas, que se han convertido en propietarios de tierras, están vendiendo sus parcelas a inversores, que las convierten en tierras agrícolas. De este modo, se han construido vallas nuevas, que cierran los corredores de vida salvaje. Asimismo, están aumentando los conflictos entre animales y humanos. Pero un masai líder muestra tener visión y su comunidad ha firmado un contrato de alquiler con el Fondo Internacional para el Bienestar de los Animales (IFAW, en sus siglas en inglés), en lugar de vender sus tierras. El IFAW, a su vez, se ocupa de buscar fuentes alternativas de ingresos para los masai y modos de asegurar la supervivencia de la vida salvaje oriunda de esta región.