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Piden aumentar la presión a Venezuela

Eva Usi
8 de octubre de 2018

En Venezuela la gente muere de hambre, pero también por enfermedades curables y falta de medicamentos. El régimen niega la existencia de la crisis humanitaria, mientras expertos advierten sobre el desplome del país.

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Krise in Venezuela - Grenze zu Kolumbien  in Paraguachon La Raya
Imagen: picture-alliance/NurPhoto/H. Matheus

La crisis humanitaria en Venezuela ha alcanzado tales dimensiones, que el país ha quedado hipotecado por varias generaciones. El desplome económico ha provocado una crisis humanitaria nunca antes vista, lo que ha detonado una ola migratoria. La comunidad internacional, en particular América Latina, podría ejercer más presión sobre el régimen de Nicolás Maduro para que, por lo menos, reconozca la crisis y acepte ayuda humanitaria. Así lo manifestaron expertos durante un debate sobre Venezuela, en el marco del Congreso Humanitario celebrado en Berlín, convocado por varias organizaciones, entre ellas, Médicos sin Fronteras.

Feliciano Reyna Ganteaume fundó en 1995 Acción Solidaria con el objetivo de atender a personas infectadas con VIH, en un momento en el que no había retrovirales en el país. "Con el paso del tiempo y la grave situación que vive el país hemos expandido nuestra actividad para atender todo tipo de enfermedades”, dice. En 2003, Reyna fundó junto con otras organizaciones Codevida, que a través de donaciones provenientes de otros países y con una red de 60 socios en terreno, distribuye medicamentos para atender enfermedades crónicas.

Feliciano Reyna Ganteaume
Feliciano Reyna GanteaumeImagen: DW/E. Usi

Vuelven enfermedades del siglo pasado

El desabastecimiento de medicinas y vacunas ha revivido enfermedades que ya habían sido erradicadas y ahora asolan a la población. La difteria, el sarampión, la tuberculosis y la malaria se propagan debido a la malnutrición; las defensas de la población han bajado. La tuberculosis, una enfermedad mortal hace décadas, de la que Latinoamérica se liberó a principios de siglo, registra altos niveles de infección, con casi 11 mil casos en 2017, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

"En una emergencia humanitaria, la obligación del Estado debiera ser llamarla así y convocar la ayuda internacional. Desafortunadamente, el gobierno venezolano se mantiene en una postura de negación de la dimensión de la crisis en Venezuela”, señala Reyna Ganteaume. El arquitecto de profesión y activista pro DD.HH., señala la urgencia de tener una evaluación, que el gobierno no tiene. "Por ejemplo, saber cuántas personas se encuentran afectadas por el hambre que ya se ha generalizado, por la falta de acceso a la salud, no sólo de medicinas, sino de atención en general, así como por el gravísimo problema de las personas que emigran”.

Aunque se habla de unos 2,3 millones de personas que han emigrado, la cifra real podría ser de entre 4 y 5 millones al día de hoy. La mayoría llega a Colombia, un país con un problema de desplazados internos por el conflicto armado, que es ahora el que ha recibido al mayor número de venezolanos de la región. Los venezolanos enfrentan discriminación y violencia a su llegada a Brasil, que junto con Ecuador, Panamá, Perú y Chile, son los países que más personas han recibido.  

La experta de HRW, Tamara Taraciuk
La experta de HRW, Tamara TaraciukImagen: DW/E. Usi

Presión internacional sigue siendo prioritaria

"La estrategia tiene que ser redoblar y mantener firme la presión internacional sobre el gobierno de Venezuela, inclusive a través de sanciones dirigidas a funcionarios públicos venezolanos, como cancelar sus visas y congelar sus bienes en otros países”, afirma por su parte la abogada Tamara Taraciuk Broner.

La investigadora de la organización Human Rights Watch (HRW) destaca que América Latina no ha impuesto sanciones dirigidas a los altos funcionarios que están involucrados graves en violaciones de DD.HH. y que tienen responsabilidad en la crisis humanitaria. "Al día de hoy, Panamá es el único país latinoamericano que ha impuesto sanciones, junto con Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea”.

"Lo que no se pueda con los votos...”

La jurista venezolana abrió su ponencia con un video de HRW que documenta la brutalidad de las fuerzas de seguridad y de los llamados "colectivos” contra los manifestantes opositores al régimen. Al final se escucha la amenaza velada de Maduro ante cualquier intento por derrocarlo. "Lo que no se pueda con los votos lo haremos con las armas”.

Taraciuk Broner destacó que la represión en Venezuela ha sido la peor de la historia del país. "Desde el año pasado hay más de 800 civiles procesados por tribunales militares, este nivel de represión no lo habíamos vuelto a ver en la región desde las dictaduras militares de las décadas de los años 70 y 80.

La investigadora asegura que a Venezuela le quedan muy pocos amigos en el ámbito internacional. "Existen muy pocos gobiernos que sostienen a Maduro políticamente y quienes lo hacen es por conveniencia económica o ideológica. No hay nadie decente que, basándose en la realidad del país, pueda mantenerse del lado de Maduro”.

El periodista e investigador holandés Bram Ebus
El periodista e investigador holandés Bram EbusImagen: DW/E. Usi

Arco minero, donde campea el crimen organizado

El periodista holandés Bram Ebus abordó los problemas de seguridad en la frontera con Colombia, donde miles de venezolanos llegan luego de caminar más de 1.000 kilómetros. Cuando llegan son reclutados por la fuerza por el crimen organizado o son explotados sexualmente. La frontera es punto de contrabando de drogas, de gasolina, de minerales y personas.

El investigador del International Crisis Group denunció la anarquía que existe en el llamado arco minero en el sur de Venezuela, en donde hay ricos yacimientos de coltán, oro y diamantes. "El mundo se ha enfocado en la riqueza petrolera del país que ha sido la base de su economía durante el último siglo, pero al fracasar el modelo extractivo petrolero el gobierno está mirando otras posibilidades para profundizar el modelo rentista”. indica.

Bram Ebus recordó que Maduro aseguró hace poco ante la ONU que certificaría la mayor reserva de oro del mundo, y que busca promover un sector minero con empresas mixtas e invitar a multinacionales. Sin embargo, cuando el investigador llegó a la zona no había ninguna empresa trabajando. "Las vetas de oro, los depósitos de coltán, son trabajados por grupos guerrilleros colombianos y por bandas venezolanas, que cuentan con el aval de las fuerzas armadas venezolanas que tienen su participación en sectores ilícitos de minería en el sur del país”.

Caos en tierra de nadie

El investigador describe el caos que impera en esa tierra de nadie: "hay peleas continuas por el acceso a los depósitos de minerales. Mucha gente muere en el fuego cruzado, pero también hay fuertes problemas de brotes de malaria, dengue, difteria. No hay combustible, no hay dinero en efectivo y no hay la seguridad ni garantías para nadie”.

Brams Ebus explica por qué no hace nada el Estado venezolano por tomar el control de la situación: "Venezuela funciona como una cleptocracia. La élite militar y política se está beneficiando del saqueo de recursos naturales y de las rutas de contrabando para sacarlos del país”. 

Autora: Eva Usi (ER)