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"El extremismo de derecha es un problema en toda Alemania"

Rosalia Romaniec
29 de agosto de 2018

Caza de extranjeros, eslóganes nazis, violencia. Los disturbios en Chemnitz son solo la punta de un movimiento antidemocrático con una base amplia en la sociedad, dice el periodista Michel Friedman en entrevista con DW.

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Deutschland Demonstration der rechten Szene in Chemnitz
Imagen: Imago/Michael Trammer

Deutsche Welle: Sr. Friedman, hace tiempo que advirtió sobre las consecuencias de los "incendiarios ideológicos". ¿Cómo ve la democracia en Alemania, dadas las imágenes actuales de Chemnitz?

Michel Friedman: Estoy profundamente preocupado e intranquilo. Lo que estamos viendo y viviendo es solo la punta de un movimiento antidemocrático que tiene una base más amplia en la sociedad de lo que nos gustaría imaginar. La democracia es resistente, pero en algunos lugares falla. En Sajonia, las autoridades no han actuado con suficiente claridad contra el racismo ni contra los grupos extremistas de derecha. Allí hay quien cree que puede reemplazar a la Policía. Pero esto no sucedió de repente: desde hace meses ha habido en otros sitios conflictos. También entonces tomó mucho tiempo hasta que la Justicia sajona se impuso y al final tuvo que hacerse cargo el fiscal federal.

¿Es un problema predominantemente de la Alemania oriental o de Sajonia?

Cualquiera que localice el problema del extremismo de derecha en Sajonia y en los nuevos estados federales está simplificando. Esto es, por supuesto, un problema de toda Alemania y no es un fenómeno nuevo. Desde 1945, nunca hubo una hora cero respecto al racismo, al antisemitismo y al odio. Sin embargo, los nostálgicos de Hitler han llegado a la tercera generación. Los nietos de la generación nazi tienen sucesores. Esto no es solo un problema alemán, podemos verlo en toda Europa. En otros países, como Hungría y Polonia, los radicales no solo tienen éxito en la calle, sino también en lo político: son jefes de gobierno. O, como en Austria, miembros del gobierno. Los agitadores de la AfD (Alternativa para Alemania) están en Alemania, por primera vez desde 1945, en el Bundestag. No hay más que entrar en internet para ver cuánto odio hay.

Buchmesse Frankfurt | Michel Friedman
Michel Friedman, autor y presentador de televisión.Imagen: picture-alliance/dpa/B. Roessler

El extremismo es un problema en toda Europa. ¿Qué papel tiene en esto Alemania?

El racismo y el odio son problemas universales, se dan en todo el mundo. Cuando hablamos de Alemania, en realidad estamos hablando de un país que es responsable y culpable de los puntos culminantes de la violencia. Aquí se ve a dónde puede llegar una sociedad si no se protege. Aquí hay gente que puede ver a dónde conduce, si una sociedad no se protege a sí misma. Aquí hay también personas que no consideran que la dignidad del hombre sea intocable. No son solo racistas, sino enemigos de la democracia y de los principios básicos de nuestra constitución. Se han convertido en un problema grave con una dimensión política, porque hay de estos incendiarios ideológicos en los parlamentos.

Estas oleadas de agresiones se repiten, como ahora en Chemnitz. ¿Está en peligro nuestra resistencia?

No hay que pensar que son oleadas. Según todas las encuestas serias de la UE, tenemos en todos los países entre un 15 y un 20 por ciento de gente con estas ideas, incluida Alemania. La movilización de este grupo latente, sin embargo, nunca había sido tan "exitosa".

En la UE nunca había visto tantos gobiernos -es decir, aquellos responsables de la protección de la democracia y, por lo tanto, de las minorías- con una relación tan ambivalente con el Estado de derecho, cargando en sus campañas electorales contra los extranjeros. Cuando hacen eso, una persona que vive en ese país se siente alentada en lugar de desalentada a esparcir su veneno.

¿Qué se puede hacer,  80 años después de la era nazi, para frenar todo esto?

Quiero destacar aquí con toda claridad: la República Federal de Alemania es un Estado democrático en el que, con todas las debilidades que podamos discutir, la inmensa mayoría de la gente vive y defiende ideas democráticas. Pero el problema con los extremistas no es que ganen la mayoría absoluta. Ni siquiera el NSDAP, el partido nazi, obtuvo la mayoría en 1933. La pregunta es cuánto alzan la voz los demócratas por esta democracia. No estoy en contra de una AfD, estoy comprometido con la democracia.

Creo que lo que podemos aprender de la historia es que siempre hay muchos focos iniciales de la violencia, antes de que haya un punto culmen. Cuando se llega a ese punto, muchos dicen con horror: no era esto lo que queríamos.

La entrevista fue realizada por Rosalia Romaniec (LGC/VT).

Michel Friedman es abogado, publicista y presentador de televisión. Fue vicepresidente del Consejo Central de los Judíos en Alemania desde 2000 hasta 2003. En Deutsche Welle, moderó los formatos de entrevistas "Conflict Zone" y "En una palabra... con Michel Friedman".

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