1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

Frei y Bachelet desconocían presuntas armas químicas de Pinochet

22 de agosto de 2013

Ex presidentes chilenos Eduardo Frei y Michelle Bachelet mostraron conmoción por la revelación de que el dictador Augusto Pinochet (1973-1990) presuntamente dispuso de toxinas botulínicas capaces de matar a opositores.

https://p.dw.com/p/19Utz
Der chilenische Diktator General Augusto Pinochet winkt am 23.08.1987 während einer Fahrt in einem offenen Wagen durch Santiago de Chile der Bevölkerung zu. +++(c) dpa - Report+++
Augusto PinochetImagen: picture-alliance/dpa

"¿Por qué los comandantes en jefe no dan la verdad? ¿Por qué siguen guardando información? ¿Me van a señalar que el Ejército -como tantas veces nos han dicho- no sabe nada?", reclamó Frei, en declaraciones a Radio Cooperativa. El mandatario, cuyo padre también presidente y de igual nombre murió en 1982 supuestamente envenenado con armas químicas, agregó no entender por qué el Ejército no entrega antecedentes a 40 años del golpe que derrocó a Salvador Allende.

"¿Por qué definitivamente no avanzamos para hacer justicia y tener la verdad?", insistió el ex mandatario y actual senador por la Democracia Cristiana. "Ellos -el Ejército- saben perfectamente dónde estaban los laboratorios, quién operaba, conocían la Clínica London (de la policía secreta), conocían todos los antecedentes", ahondó.

Paralelamente, la ex presidenta socialista Michelle Bachelet expresó su sorpresa por el hecho de que las armas químicas de Pinochet permanecieron guardadas secretamente en el Instituto de Salud Pública hasta 2008, cuando ella gobernaba. "Primera noticia, efectivamente, que escucho de eso. No conozco los antecedentes como para poder opinar", dijo Bachelet, favorita para ganar los comicios presidenciales de noviembre, ante una consulta de la prensa. "Si esa información es real, verídica, y se confirma, me imagino que será de mucha importancia para los jueces", añadió.

La autora de la revelación

La ex directora del Instituto de Salud Pública (ISP) Ingrid Heitmann reveló en exclusiva a la agencia de noticias alemana dpa que Pinochet dispuso de toxinas botulínicas capaces de eliminar a miles de personas dentro y fuera de Chile. Las toxinas, provenientes del estadual Instituto Butantan de Sao Paulo, estuvieron en poder del régimen castrense desde la década de 1980, cuando éste enfrentaba precarias relaciones con Argentina, Perú y Bolivia, además de protestas sociales internas por la crisis económica.

Investigaciones judiciales en curso, ligadas al envenenamiento de presos políticos y a la muerte del ex presidente Frei en 1982 detectaron documentos que corroboraron el ingreso de las toxinas desde Brasil. Frei, al igual que el premio Nobel de Literatura Pablo Neruda, murió en el cuarto piso de la Clínica Santa María de Santiago, pero la Justicia investiga en la actualidad ambos decesos, ante la sospecha de que se trató de casos de envenenamiento.

Los químicos, que permanecieron en secreto por 27 años en un subterráneo del ISP junto al Estadio Nacional de Santiago, fueron descubiertos e incinerados en 2008, sin informar al gobierno de Michelle Bachelet (2006-2010) o la Justicia, admitió Heitmann, quien estuvo al frente del ISP entre 2007 y 2010. "Eran dos cajas llenas de ampollas con toxina botulínica, suficientes para matar a la mitad de Santiago", dijo la profesional, quien luego matizó su afirmación. "Se podía matar a muchísimos, pero no sé cuantos".

La Justicia investiga en la actualidad los decesos de Eduardo Frei (padre) y del premio Nobel de Literatura Pablo Neruda, ante la sospecha de que se trató de casos de envenenamiento.
La Justicia investiga en la actualidad los decesos de Eduardo Frei (padre) y del premio Nobel de Literatura Pablo Neruda, ante la sospecha de que se trató de casos de envenenamiento.Imagen: Reuters

La botulina, que desde hace pocos años tiene usos cosméticos, es una neurotoxina elaborada por una bacteria denominada Clostridium botulinum que provoca parálisis muscular progresiva y que como arma de destrucción masiva está prohibida por las Convenciones de Ginebra y la Convención sobre Armas Químicas.

La doctora, quien en los albores de la dictadura fue detenida y torturada dos veces por los equipos represivos, dijo que quedó impactada cuando sus subalternos encontraron estas armas químicas. "Me espanté", evocó. "No pensé que pudieran ser importantes para un proceso judicial, no se sabía lo de Frei", explicó ante la decisión de incinerarlas en silencio junto a todos los demás materiales, pese a que faltaban algunas ampollas en el par de cajas encontrado, lo que hacía presumir su uso contra opositores.

rml (dpa, telam, diarios)