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Sociedad

La interminable odisea de buscar casa en Alemania

Oliver Pieper
21 de septiembre de 2018

Mientras en el campo cada vez más viviendas están vacías, en las ciudades la competencia por un espacio es cada vez más dura y las personas más vulnerables prácticamente no tienen posibilidades en esta carrera.

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Hand mit Schlüsselbund
Imagen: picture-alliance/dpa

"Es frustrante". Michiko Park, del Refugio para Mujeres y Niños de Troisdorf, ayuda a las madres solteras y sus hijos a encontrar departamentos en la zona de Colonia/Bonn. Un trabajo sencillamente hercúleo. "A veces las mujeres reciben cinco negativas en un solo día. Y este rechazo permanente no pasa sin dejar marcas por estas personas", revela. Las madres solteras lo pasan peor que nadie en la difícil búsqueda de vivienda en Alemania.

Ocho mujeres y doce niños se encuentran actualmente en el refugio, la mayoría de ellos víctimas de violencia doméstica. Cuando las mujeres sienten que pueden retomar sus vidas, comienza el proceso de búsqueda de vivienda. Y esto demanda nervios de acero y consume tiempo, además de personal. "Los estudiantes que hacen su práctica con nosotros solo se dedican a ayudar a las mujeres en la búsqueda de casa", cuenta.

Milagro de Navidad: más excepción que regla

La trabajadora social recuerda a una madre soltera que, tras varias semanas de búsqueda, poco antes de Navidad finalmente pudo encontrar un hogar. Pero sin previo aviso el propietario exigió 2500 euros de adelanto. Una cifra que, naturalmente, la mujer no tenía. "Hicimos público el caso y alguien nos llamó para decirnos que se haría cargo del asunto", cuenta Park, quien hasta el día de hoy se emociona. "Fue un verdadero milagro de Navidad", sostiene.

"Busco una vivienda de un dormitorio", dice este papel.
"Busco una vivienda de un dormitorio", dice este papel.Imagen: Imago/Seeliger

Un final feliz que, en todo caso, es una excepción a la norma. ¿No debería exigirse a las ciudades y comunidades que ofrezcan viviendas a valores pagables? "Sí", dice Michiko Park, "pero no puedo recordar cuándo fue la última vez que nos dieron una vivienda a través de los cauces oficiales. Uno se inscribe en una lista, pero nunca pasa nada".

Una lucha épica

Reclamos como estos conoce por decenas Jürgen Schönfeldt. El abogado es asesor legal de la Asociación Alemana de Inquilinos de Bonn/Rhein-Sieg/Ahr, que tiene unos 22.000 miembros. "La región es un mercado de propietarios", explica. "Esto quiere decir que los dueños de viviendas están buscando arrendatarios que estén listos para los Juegos Olímpicos, y las madres solteras tienen dificultades en esa lucha", agrega. O, lo que es lo mismo: llegar a la final de la competencia, es decir a la lista corta de potenciales clientes, es prácticamente imposible para las madres solteras.

Pero incluso los que pueden asumir esa carrera deben verse enfrentados a exigencias demasiado grandes solo para obtener un arriendo. "Actualmente hay casos en que hasta 50 interesados por día visitan las casas en oferta, lo que dice muchísimo sobre la situación que tenemos en Alemania", dice Schönfeldt. La escasez de viviendas en el mercado se ha vuelto extremadamente aguda, sobre todo en los últimos cuatro años.

Consecuencias dramáticas

La Asociación Alemana de Inquilinos ha advertido desde hace años de esta situación, recalca el abogado. Pero a nivel político nadie los ha escuchado. "Todos, ciudades y comunas, han dicho que no necesitamos más viviendas. Cada vez somos menos y por eso no vale la pena" invertir en ello, dice que le dijeron.

La escasez de viviendas es ya crónica en Alemania.
La escasez de viviendas es ya crónica en Alemania. Imagen: picture-alliance/R. Schlesinger

Las consecuencias se ven ahora, cuando las ciudades tienen en oferta viviendas cada vez de peor calidad. Y esto puede tener consecuencias sociopolíticas catastróficas, advierte Schönfeldt: "Es un peligro para la democracia, pues la gente está cada vez más molesta. Muchos se preguntan para qué ir a votar, si eso en realidad no sirve para nada".

Nadie quiere vivir en el campo

Bernd Viebach representa al otro lado, al relacionado con los propietarios: es encargado de marketing de "Kraft Immobilien", una de las mayores firmas de corretaje de propiedades de Bonn. El ve la situación del mercado de viviendas de forma similar: muy difícil. "No es un problema de falta de casas. Tenemos suficientes viviendas, solo que mal distribuidas. En el campo hay una enorme cantidad de propiedades desocupadas", explica.

Mientras que una casa en la ciudad con cuatro habitaciones y jardín recibe en un solo día 250 solicitudes de visita, los corredores tienen propiedades en el campo que a nadie le interesan. "Tenemos una casa en Eifel, o sea a 50 kilómetros de acá, a un precio muy conveniente, una ganga. Hace dos años. Y no pasa nada", revela Viebach.

Airbnb, otro problema

Mala conectividad, un internet que apenas funciona y escasez de escuelas... el área rural lleva tantos años descuidada que nadie quiere vivir allí, dice Viebach. En las ciudades, en cambio, las viviendas sociales han quedado en el olvido por parte del Estado. "En su momento se dijo que este problema de escasez se resolvía solo", cuenta. Y el Estado dejó de construir.

A eso se suma la competencia de actores como Airbnb, que ha revolucionado totalmente el mercado. "En Bonn uno de cada tres apartamentos se alquila solo de forma temporal, y en Düsseldorf ya es uno de cada dos. Esto quiere decir que un tercio o la mitad de los apartamentos ya no están más disponibles", explica. Para Bernd Viebach solo hay una solución: "Por supuesto que puedes seguir construyendo en las ciudades, pero creo que es mucho más importante invertir fuertemente en las zonas rurales".

Autor: Oliver Pieper (DZC/ERS)

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