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Paro Nacional en Colombia: universidades impulsan el diálogo

José Ospina-Valencia
19 de mayo de 2021

Tras 22 días del Paro Nacional, el diálogo no arranca. La estigmatización sigue impidiendo el entendimiento. La propuesta de una “nueva agenda” inspira a estudiantes y académicos, que buscan una “convergencia nacional”.

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Manifestación de protesta en Cali, aquí el 8 de mayo de 2021
Manifestación de protesta en Cali, aquí el 8 de mayo de 2021Imagen: Paola Mafla/AFP

Aún ninguna de las partes ha cumplido convincentemente con las condiciones básicas para empezar a dialogar sobre una salida a la crisis nacional. Tres son las exigencias básicas al Gobierno de Iván Duque: "reconocer que hay abusos policiales, acabar con la estigmatización de la protesta como supuesta obra del ELN o Venezuela y detener el uso de armas letales en el control de las manifestaciones". El Gobierno, por su parte, exige "levantar los bloqueos”. 

En medio de las voces, actos y crímenes que dañan la protesta, las universidades de Colombia abren puertas al diálogo. "Los extremistas de ambos lados en Colombia buscan asfixiar el espacio del debate, los unos infundiendo miedo, los otros rencor”, advierte Sergio Jaramillo, excomisionado para la Paz en El Espectador del 16 de mayo, quien, ante el fracaso sobre el inicio de un diálogo entre Gobierno y los representantes del Paro Nacional, propone "una nueva agenda nacional” que debe salir de un "proceso creíble” que vincule a los jóvenes y a las universidades como "epicentros de la democracia deliberativa”.

Jóvenes sin acceso a educación superior, egresados sin empleo

Jaramillo propone que se invite a los jóvenes a foros abiertos en donde la universidad los escuche y busque entender a profundidad el descontento y la ansiedad que les causa pensar en el futuro en Colombia. "Y la universidad puede ofrecer su aporte, empezando por la formación de capital humano. Se necesita una agenda reformista, enfatizando en la generación de oportunidades laborales, sobre todo para los jóvenes”, dice a DW, Alejandro Gaviria, rector de la Universidad de Los Andes de Colombia.

​​​​Alejandro Gavíria, rector de la Universidad de Los Andes, Colombia
​​​​Alejandro Gavíria, rector de la Universidad de Los Andes, ColombiaImagen: Felipe Cazares/Uni Andes

Las dimensiones del problema educacional en Colombia sobrepasan los muros universitarios: "Además de los universitarios, nos debe preocupar también que el 50 por ciento de los jóvenes en Colombia que terminan la educación básica y media no tienen acceso a la educación superior, ni técnica, ni tecnológica ni universitaria”, expone a DW la rectora de la Universidad Nacional de Colombia, Dolly Montoya, quien propone un "Pacto por la Juventud”.

Ya el pasado 12 de mayo, el presidente Iván Duque prometió "ese Gran Pacto por la Juventud de Colombia”, que, según el mandatario, "no es político, no es ideológico, no es partidista y, sobre todo, no debe ser electoral”. Aun así, el Gobierno no logra poner en marcha el diálogo.

Montoya: "Armonizar la academia con los problemas del país”

"Es un acto de ciudadanía armonizar la academia con los problemas del país. Desde que inició el Paro Nacional, las universidades tenemos foros abiertos en donde los estudiantes debaten sobre propuestas para resolver - por ejemplo - el mayor problema al que se enfrentan los egresados de una carrera o doctorado: la empleabilidad”, explica la rectora de la Universidad Nacional.

Los estudiantes en Colombia no piden soluciones, "ellos mismos las proponen y quieren ser partícipes de un país distinto”, agrega, por su parte, Alejandro Gaviria, quien destaca que "la actual generación de jóvenes tiene conciencia de los problemas estructurales de Colombia: la desigualdad social y entre territorios, la necesidad de un contrato social distinto, de un sistema de impuestos más progresivo, un gasto social más eficaz, y el rechazo generalizado a la corrupción”. Según Gaviria, economista y exministro de Salud de Colombia, la protesta actual es también producto de que "los jóvenes sienten que el partido de Gobierno les quitó deliberadamente la esperanza de la paz que iba en favor del futuro bienestar del pueblo colombiano, porque el Acuerdo de Paz no se limitaba al desarme de las FARC sino a la aplicación de una agenda integradora”.

Dolly Montoya, rectora de la Universidad Nacional de Colombia
Dolly Montoya, rectora de la Universidad Nacional de ColombiaImagen: fotoeuropaestudios

Más allá del Pacto por la Juventud, los rectores de las siete mayores universidades de Colombia propusieron el 5 de mayo un acuerdo resumido en puntos como "un pacto fiscal, de desarrollo económico, el derecho a la salud, la democracia y, sobre todo, el cumplimiento pleno de la Constitución, que cada vez se interpreta de manera más regresiva, toda vez que se pasa por alto que allí nos comprometimos a un desarrollo económico-social inclusivo”, apunta la química farmacéutica Dolly Montoya, con estudios en biotecnología en Colombia, México, Inglaterra y Alemania.

CAPAZ acompaña a las universidades de las regiones 

La propuesta de los rectores busca "contribuir a una discusión nacional para dar salida a la actual crisis nacional”. Una contribución a largo plazo. Justo uno de los dolores de cabeza era "una reforma a la salud que también quiso ser impuesta sin un amplio debate", agrega la rectora, pero que este 19 de mayo fue rechazada mayoritariamente por ambas cámaras del Congreso. Montoya menciona que, entre otros problemas, está el de "cómo regular la acción de la Fuerza Pública, integrar y dar empleo a los jóvenes en las regiones, así como el respeto de los derechos humanos en todo el país”. 

Las universidades en Colombia ofrecen un cúmulo de iniciativas para propiciar el urgente diálogo. Justamente, CAPAZ, el Instituto germano-colombiano para la Paz, invita este 20 de mayo a una charla virtual sobre los "Caminos regionales de la protesta en Colombia” en la que participan investigadores de universidades del Huila, Valle, Cauca y Antioquia.

"Ante la crisis, ¡más democracia local!”, piden, por otra parte, más de 300 académicas/os, estudiantes y centros de investigación, que proponen "la reactivación de los espacios de democracia local para discutir y tomar decisiones sobre la situación actual de Colombia, que pueda articularse con las discusiones del orden nacional”. La Constitución de Colombia prevé ya los llamados "cabildos abiertos”, aplicables en todo el país.

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Tenemos que hablar, diálogo al parque

La Universidad de Los Andes quiere implementar además en Colombia la iniciativa 'Tenemos que hablar', una plataforma virtual que invita a toda la ciudadanía a analizar, reflexionar y proponer. 'Tenemos que hablar' fue ideada por dos universidades chilenas, una pública y otra privada, para invitar a la sociedad a dialogar tras las protestas de 2020”, explica Alejandro Gaviria. Una iniciativa en la que participaron 8.815 voluntarios y facilitadores, que extendieron el diálogo a lo largo y ancho de Chile en 3.550 horas de conversación entre junio y noviembre de 2020. La principal conclusión de 'Tenemos que hablar' es: "Lo diverso y lo distinto nos complementa, no nos divide”.

Otra iniciativa es 'Diálogo al parque', que debe ser presencial y requiere la cooperación de los alcaldes, Naciones Unidas y otras instituciones: "La idea es que todas las universidades convoquemos al diálogo a las calles, a los espacios públicos en todo el país”, agrega el rector Gaviria, quien recuerda que "la Universidad de Los Andes promueve ya desde hace más de un año 'Clase a la calle', en la que los estudiantes entran en diálogo con los ciudadanos que quieran sumarse”.

¿Cómo salir de la aparente calle ciega en la que parece encontrarse Colombia? La científica Dolly Montoya lo pone en palabras claras: "Los colombianos no necesitamos que ningún caudillo ni Mesías venga a salvarnos. La tarea es de todos, pero los políticos en campaña deberían expresar ahora su compromiso con un acuerdo concertado y generar así confianza en la ciudadanía. Hablemos de una convergencia por Colombia”.

¿Sin empatía con las víctimas?

El asesinato del joven Santiago Murillo en Ibagué (centro del país) el 1° de mayo, probablemente a manos de un agente de la fuerza antimotines ESMAD, como lo confirmó este mismo 19 de mayo la fiscalía, es un caso que conmueve, y aterra al país apunta Gaviria, quien está convencido de que si "Iván Duque hubiera reconocido ese letal error, le hubiera pedido disculpas a la familia del joven y hubiera rechazado contundentemente el uso desmedido de la fuerza, no hubieran muerto tantos jóvenes”.

Por último, el rector de la Universidad de Los Andes considera que más allá de los problemas sociales y económicos que tiene el país, ahora, en medio de la protesta, lo fundamental es "el rechazo a la violencia en todo sentido, y especialmente el rechazo - expreso y convincente - del Gobierno de Colombia a la violencia estatal”.

(ms)