Eurodinámica: Hongos que sanan

Los hongos contienen diversas sustancias, pero no todas ellas son inocuas. La ingesta de algunas setas puede resultar incluso mortal. Otras, por el contrario, pueden tener efectos beneficiosos para la salud.

La medicina tradicional china y también la de los pueblos originarios de Sudamérica utilizan numerosas variedades de hongos. Algunos de ellos también se consiguen entretanto en Alemania. Muchos médicos y terapeutas naturistas los recetan en cápsulas. Como la legislación alemana no los considera medicamentos, se pueden comprar sin receta. Pero cabe preguntarse cuán eficaces son…

Propiedades curativas

Maitake: deshidratado y en polvo.

“Yo tomo en primer lugar Maitake. Padezco de Morbus Crohn y eso me afectaba el hígado, pero los resultados de mis exámenes hepáticos sorprendentemente se normalizaron por completo”, cuenta Brigitte Schmidt. Al igual que ella, muchos pacientes están encantados con los hongos, ya sea que se trate de Maitake (Grifola Frondosa), el Pom-Pom (Hericium erinaceus), el shiitake (Lentinula edodes) o el Reishi (Ganoderma lucidum).

La Dra. Jie Huang, que practica la medicina general en Hannover, los considera muy efectivos y conoce sus múltiples propiedades curativas. “Por ejemplo, sirven como tranquilizantes, reconstituyentes, protegen el hígado, ayudan a aliviar la tos o son antiinflamatorios. También se utilizan contra el asma o contra arritmias cardíacas, trombosis, diabetes y muchas cosas más”, indica.

Hongo del sol, originario de Brasil.

El Reishi o Ganoderma fortalece, según se cree, el sistema inmunológico; al hongo Crodyceps se le atribuyen propiedades antidepresivas; y se dice que otras setas ayudan incluso a prevenir el cáncer. Aparte de las variedades tradicionales, también se han incorporado al abanico terapéutico otras nuevas, como el Hongo del Sol, de Brasil (Agaricus blazei murrill), descubierto hace sólo 40 años. Susanna Wilhelm alaba su efecto: “Desde hace medio año tomo el llamado Hongo del Sol. Antes sufría de alergia a las hierbas y al pelo de animales. Esta desapareció por completo. En general me siento mucho, mucho más en forma, mucho más vital y puedo hacer mucho más”.

Toda una ciencia

Uno de cada dos pacientes que atiende el terapeuta naturista Sven-Uwe Kotte, de Hannover, recibe un tratamiento de hongos. Kotte explica: “El hongo se ingiere oralmente, en forma de cápsula, con mucho líquido. Se recomienda tomar un vaso de agua, porque así el hongo se esponja. Si eso no se hace, pueden producirse reacciones como náuseas o cólicos. También se puede producir una colitis. He tenido pacientes que las han tenido. Pero eso se puede evitar fácilmente, reduciendo la dosis”.

Sven-Uwe Kotte advierte contra la automedicación. Encontrar el hongo adecuado y la dosis correcta no es fácil. Dado que en Alemania los hongos no son considerados medicamentos, sino sólo complementos alimenticios, no está permitido que lleven indicaciones médicas ni que se les atribuya efectos terapéuticos.

La medicina tradicional china también se encuentra en Alemania.

La médica china Jie Huang opina que quizás sus colegas alemanes simplemente no tengan la suficiente experiencia con la micoterapia. “Creo que es un asunto de experiencia”, dice, acotando: “En Alemania no hay tantos médicos que hagan esto y se investiga poco en este campo. En China, este tipo de tratamiento existe desde hace 3.000 años o más, y se lo utiliza cotidianamente”.

Mucho por investigar

Desde el punto de vista científico, los datos son relativamente escasos. Los estudios que hay generalmente provienen de Asia, y presentan resultados bastante positivos en cuanto a efectos como bajar la presión o incrementar las defensas del organismo. El profesor Dirk Stichtenoth, farmacéutico clínico de la Escuela de Medicina de Hannover, ha examinado los estudios y explica: “Si usted busca literatura seria, encuentra cientos de estudios sobre los principales hongos, los Cordyceps, y otros, pero en primera línea se trata de trabajos teóricos. Luego, con respecto a cada hongo hay un puñado de estudios con el método aleatorio, algunos efectuados también con seres humanos. Allí encuentra uno indicios de que podría ser útil profundizar tales estudios. Pero también hay estudios negativos, en que se ha visto que no había efecto alguno”.

Muchos hongos contienen interesantes sustancias. La penicilina, por ejemplo, proviene de un hongo. Lo mismo ocurre con la Ciclosporina, sin la cual resultarían imposibles los transplantes. Según el profesor Stichtenoth valdría la pena seguir investigando las setas: “Confío en que en esos múltiples estudios se generen ideas e hipótesis que se pueda investigar luego con los correspondientes estudios clínicos. Pero, en el caso de la mayoría de los hongos, nos encontramos realmente en una fase inicial y nos queda todavía un largo camino por delante”.

Autor: Michael Engel/ Emilia Rojas

Editor: Enrique López